Vistas de página en total

jueves, 9 de abril de 2009

¿UN TEATRO PRIVADO?

Eso es lo que pienso cuando leo que el director del Teatro Pérez Galdós ha recibido presiones para ampliar el foso orquestal. Es decir, que una cuadrilla de amigotes quiere que se amplíe el foso orquestal con dinero público, para que con dinero público se paguen aquellas óperas que a ellos les gusta. O sea, que el Pérez Galdós se convierta en su recinto privado. Todo tiene tufillo wagneriano. Si les hacen caso se producirá el desaguisado. El director ha dicho que sólo hay dos opciones: Ampliar hacia atrás por el mismo foso, ó hacia las butacas. Hay que tener en cuenta que si lo consiguen, pasarían dos cosas: 1) Si se amplía por el mismo foso -cosa que ya se hizo anteriormente, lo cual indica que el caprichito viene de viejo- habrá problemas de visión en algún momento del director de orquesta respecto a los músicos y lo que ocurre en escena. Además afectaría al foso escénico, como ocurrió la vez anterior, que quedaría inutilizado. 2) Dado que las óperas wagnerianas necesitan foso escénico para "efectos", el "grupito de presión", buscaría un arquitecto ad hoc para que convenciera de quitar butacas para ampliar foso. La reducción de aforo no les preocuparía porque "ellos" tienen aseguradas las de mejor visibilidad, y les da lo mismo que haya menos ingresos por taquilla, pues el dinero público seguirá pagando tanto déficit, para unos pocos. El Pérez Galdós es del Ayuntamiento, y por tanto, el dinero que se gasta allí es de todos, y con el agravante de que ese dinero no se queda en Canarias.
Por otro lado, en principio es buena noticia que por fin entre el "teatro de la palabra" como llaman, en el Pérez Galdós a partir de la próxima temporada. Pero ese misterio de lo que van a hacer escama un poco. ¿Se trata de una pequeña concesión a la cada vez más creciente protesta por su ausencia, o es realmente una intención de principios? Seguiremos atentos.