En esto tiempos de profunda mediocridad, de cruzada contra la inteligencia y el pensamiento libre, de persecución de intelectuales honestos, y arrinconamiento de artistas y creadores que no se pliegan a los intereses de la política bazofia que nos rodea, donde quien no se deja comprar su silencio o seducir por el poder, termina proscrito o marginado, tiempo en que no podemos confiar ni en papas ni reyes ni sus aduladores de turno, donde nos hace falta más que nunca luz para vislumbrar un futuro más humanamento solidario, justo y compartido, es bueno mirar atrás y recordar a quienes hicieron camino al caminar y alumbran con su ejemplo la senda a seguir. Tenemos por ejemplo a nuestro Don Benito Pérez Galdós (1843-1920), a nuestro universal Galdós a quien emociona poder recordar con regocijo a través de algunas de sus palabras:
"Yo espíritu turbado, inquieto... los que dudamos, bauscamos la verdad y sin cesar corremos hacia donde creemos verla, hermosa y fugitiva (1897, discurso en la Academía, Pereda).
"Voy a irme con Pablo Iglesias. Él y su partido son lo único serio, disciplinado, admirtable que hay en la España política". -Entonces ¿cree usted en socialismo?, le preguntan. "Sí, sobre todo en la idea. me parece sincera, sincerísima. Es la única palabra en la cuestión social".
"A los que me preguntan la razón de haberme acogido al ideal republicano, les doy esta sincera contestación: Tiempo hacía que mis sentimientos monárquicos estaban amortiguados; se extinguieron absolutamente cuando la ley de ascociaciones planteó en pobres términos el capital problema español".
"Voy a donde la política es función elemental del ciudadano con austeras obligaciones y ningún provecho, vida de abnegación sin más recompensa que los serenos goces que me produce el cumplimiento del deber".
"Respecto a la cuestión religiosa, distinguimos entre el aspecto espiritual y el aspecto positivista que en dicha frase se encierran. Lo concerniente al puro ideal religioso es digno de mayor respeto; lo que atañe al clericalismo, que es un partido político inspirado en brutales egoísmos y en el ansia de dominación sobre las conciencias y aun más, sobre los estómagos, no podemos menos de manifestar todos nuestros odios con tan ruin secta".