No es la primera vez que alertamos en este blog del peligro que amenaza a la democracia. La derecha, alentada por la troika económica que nos controla (Comunidad Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y los partidos socialdemócratas compañeros de viaje, estan dibujando un nuevo orden mundial, basado en la insolidaridad, el tecnocratismo, la rapiña y la esclavitud de los desfavorecidos, que nos llevará al caos. Lo ocurrido en Atenas este domingo es un nuevo aviso. Hasta los socialistas del Pasok (exceptuando 11 coherentes militantes que se abstuvieron o votaron en contra y sobre los cuales caerá la represión de sus cobardes dirigentes) votaron por aceptar la sumisión a la nefasta Troika a cambio de 130.000 millones de € que solo servirá para pagar parte de la deuda que tiene el pais y que supondrá, además de la sumisión, drásticos recortes y echar a la calle en tres años a 150 mil funcionarios. El salario minimo se verá recortado un 22 % (equiparándolo al español). Pero llama la atención como unos desaprensivos políticos enarbolando "el miedo al caos" agachan la cerviz entregando tan sumisamente un país. Atenas fue la cuna de la democracia y de casi toda la cultura literaria, artística y técnica que ha conformado Europa en los últimos 25 siglos. Ahora, se convierte en cuna de la vergüenza, como lo fue cuando en 1967 un puñado de coroneles al mando de Papadoulos se hizo dueño del país con apoyo del entonces rey Konstantinos, hermano de Sofía, la reina de España. Ese apoyo fue determinante para que en 1973 el pueblo griego se decantara por el régimen republicano. La situación de Grecia amenaza como fichas de un dominó al resto de Europa. Alemania, que en época de Hitler ocupó y esquilmó Grecia, masacrando la vida de miles de ciudadanos, vuelve a hacerlo ahora sutilemente en la época de Markel. Y tristemente, quienes deben ser salvaguardadores de ese régimen político cuyo poder se debe al pueblo que lo elige, lo que hacen es provocar la indignación y mandar a la policía a amedrentar a los ciudadanos. Ni siquiera dejaron hablar al venerable compositor Mikis Theodorakis desde las escalinatas de la plaza Syntagma que da al Parlamento. Los incidentes fueron provocados por policías que le gasearon haciendo peligrar su vida en un inequívoco mensaje de que en esta nueva era de la dictadura de los mercados, la voz soberana del pueblo no vale. Solo su silencio y sumisión.