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viernes, 21 de diciembre de 2012

Y EL MUNDO SIGUE...

Esta mañana me desperté y percibí que el mundo no se había acabado como decían pensaron los mayas hace miles de años. Me pregunté si aquellos incautos a quienes les estafaron millones para pasar la noche en un bunker para sobrevivir al fin del mundo, o que simplemente esperaron la aparición de Jesús o de naves extraterrestres en busca de ayuda, se habrán percibido como yo de que todo sigue igual, o no. Confieso que en la ciudad en que vivo, el día amaneció espléndido, soleado, con una temperatura estupenda. Para ser el anunciado fin del mundo con tsunamis por doquier, terremotos, radiaciones solares y otras catástrofes hollywoodienses varias, o el inicio del invierno, el día no ha podido ser más radiante. Por tanto, empecé a dudar si efectivamente no se habrá acabado el mundo y nos encontramos felizmente en la gloria, que este año que cumple precisamente mañana el gobierno de Rajoy y su panda de desalmados contra la ciudadanía, no ha existido realmente y sólo ha sido la más tremebunda de las pesadillas orquestada por el más cruel Freddy Krueger de Elm Street, pero con barba (está visto que estamos condenados a ser gobernados por pelos: del bigotes, pasamos al de la ceja, y ahora nos cae el barbas, que no es precisamente papá Noel). Que el copago sanitario, de ambulancias, privatización de hospitales públicos, las millonarias manifestaciones del 15-M o 25-S, las brutales represiones policiales, la reforma vaticano-franquista educativa del siniestro Wert, el  desaforado grito legionario del "que se jodan" los parados, de la parlamentaria pepera Fabra, la inhabiltación del juez Garzón, la exoneración de los implicados en la trama Gürtel, los miles de deshaucios, los suicidios de quienes se vieron de repente en la calle, el silencio malvado del cardenal Rouco ante el hambre y a injusticia, la homofobia de otros obispos, la implantación de tasas del "zorrito" Gallardón para que la mayoría de los ciudadanos no puedan acceder a la justicia, el carpetazo a la memoria histórica (y con ello la condena al franquismo), los casi 6 millones de parados, la miseria galopante de los españoles, el apagón del estado del bienestar conquistado tras la dictadura, la humillación como ciudadanos españoles por la bajada de pantalones del gobierno ante "los mercados", los indultos de los últimos gobiernos a políticos y empresarios chorizos, la reforma laboral para imponer definitivamente el trabajo basura, la intocable lista de sinvergüenzas defraudadores y evasores fiscales, el mantenimiento indignante de los escandalosos sueldos y prebendas de los políticos, su distanciamiento de quienes les votaron, la obscena obsesión por no cambiar una Constitución obsoleta, subida de impuestos, congelación de pensiones, millonarias subvenciones a los bancos para que nos sigan esquilmando y estafando, la cacería de elefantes del rey en un safari de lujo, etc, etc, etc...todo ha sido una simple conjura "judeomasónica" de los rojos y libertarios de siempre o una simple pero terrorífica pesadilla de la que por fín despertamos.
¿Será verdad? ¿O mejor hubiera sido que realmente se hubiera acabado el mundo?