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viernes, 4 de noviembre de 2011

IMAGINE

Imagine, estimado conciudadano, que un buen día se le apetece comprar un libro de un autor canario, va a una librería y no lo encuentra porque ya no se editan libros en Canarias, porque sencillamente no existen librerías o están cerradas porque la cultura literaria no hay sido apoyada por un gobierno insulario.
Imagine, que de igual manera se le apetece comprar un disco de cualquier artista de las islas, y no lo encuentra por ningún lado, ni puede bajárselo de internet, porque no hay músicos que tenga medios para crear su propia música o difundirla. Que ni siquiera puede conseguirla en conciertos en directo, porque ya no pueden programarse conciertos, dado que la música, tampoco haya interesado a un gobierno insulario.
Imagine, que sus hijos le pidan que les lleven a una obra teatral infantil, o que a usted mismo, le entre el gusanillo de disfrutar de un buen espectáculo teatral o de danza representado por una compañía canaria, y no pueda hacerlo, porque los teatros esten cerrados ya que no hay actores ni actrices, ni bailarinas o bailarines que suban al escenario, simplemente porque a un gobierno insulario tampoco le haya gustado ni preocupado las artes escénicas.
Imagine, que de repente se empeñe en asistir a algún evento cinematográfico o ver una película de autor canario -que los hay, e interesantes- y sólo tenga la posibilidad de elegir producciones de Hollywood -si es que sigue funcionando algún local cinematográfico-, o que desaparezca el patrimonio cinematográfico canario con su Filmoteca, porque ya no hay dinero para hacer ni conservar películas aquí, gracias al desinterés que haya tenido un gobierno insulario por la cultura.
Imagine, museos y bibliotecas vacías, o que compra un periódico para saber que actividad cultural hay en su ciudad y se encuentra con páginas en blanco porque ya no hay nada de que hablar o informar, gracias a que un gobierno insulario no haya considerado la cultura prioritaria.
Imagine que el patrimonio cultural de este pueblo (folklore, artesanía, arquitectura, gastronomía, arqueología, etc.), todas esas señas de identidad que definen una comunidad, un día desaparezcan o dejen de tener sentido porque apenas habrá quien las reconozca como suyas -si es que siguen existiendo- por falta del apoyo a la cultura de un gobierno insulario.
Imagine, también, que no haya ninguna otra actividad artistica en Canarias, que los espacios de exhibición y creación estén cerrados o abandonados, que los artistas canarios -entre quienes hay familiares o amigos- engrosen las ya trágicas filas del paro o se vean obligados a dejar su país y desaparezca la cultura canaria. Imagine, cuántos estudiantes de luz y sonido, de bellas artes y diseño, escuelas de teatro y conservatorios, van a quedarse sin futuro profesional, Imagine, cuantas empresas dedicadas a esta actividad también se verán obligadas a cerrar, y cuantas otras (agencias de viajes, hoteles, tiendas de maquillaje y ropa, de mobiliario, librerías especializadas, papelerías, restauración y catering, publicidad, imprentas, periodistas, establecimientos de equipos de luz y sonido, azafatas, securitas, etc, etc, etc...) se verán afectadas negativamente con tal medida, si un gobierno insulario decide dejar de invertir en el derecho universalmente reconocido que tiene un pueblo a la cultura.
Imagine finalmente, -y no es ciencia ficción sino realidad próxima- en qué país tan pobre viviría usted, a merced de otras culturas, de otras economías, colonizado, sin posibilidad de competir con otros países, o sea, sin presente ni futuro, porque un día, un gobierno insulario pensara o decidiera, que la cultura, es decir, las señas de identidad de un pueblo, no son prioritarias.