Vistas de página en total

sábado, 28 de mayo de 2011

INAUDITO

Escuché hace una hora el discurso de Rodríguez Zapatero para designar a su delfín para las próximas elecciones generales dentro de diez meses, y me quedé de piedra. Primero, porque empezó echándose todas las culpas del reciente batacazo electoral, concretando como única y exclusiva causa la crísis económica, y segundo, porque se permite el lujo de presionar a sus militantes para ratificar a su candidato, Rubalcaba. Si reconoce su fracaso, ¿Por qué no ha dimitido, que hubiera sido lo más lógico y honesto? Pero no. Sigue ahí, y además, coartando la libertad de elección de los militantes del PSOE, provocando incluso que Carme Chacó, una mujer posible candidata, se retire para satisfacer su torticero deseo. Ayer, Rodríguez Zapatero se reunió con sus barones, los secretarios generales regionales, su guardia pretoriana, y corresponsable de la amplia derrota electoral del domingo, para decidir a dedo, con subterfugios, a quién deben votar los militantes de su partido. Estos individuos, tampoco han tenido la honestidad y responsabilidad de dimitir como era lo lógico tras su fracaso. Al contrario, hurgan en la herida de miles de parados, desasistidos e indignados ciudadanos con los impresentables actos de la casta política, y desafiando la voluntad expresa de estos miles de ciudadanos, les provocan abiertamente con el inmoral mercadeo de votos que estamos presenciando para mantenerse en el poder a toda costa y su deseo de perpetuar el más de lo mismo imponiendo a Rubalcaba. Porque no olvidemos que Rubalcaba es corresponsable de los actos de Zapatero, es más de lo mismo, cuando lo que se impone es una renovación fundamental, no contaminada, para frenar el irresistible ascenso de la derecha.