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domingo, 17 de enero de 2010

XENÓFOBOS. APUNTARSE A BURROS

El asunto de que el pacto gobernante en el muncipio de Vic haya negado el empadronamiento a inmigrantes, es una gota más que está a punto de colmar el vaso de la xenofobia. Los dirigentes de los partidos que conforman ese pacto (Convergencia i Unió, Partit Socialista Catalá y Esquerra Republicana) se han mostrado tibios al respecto para no desautorizar a sus militantes implicados, que alegan aplicación de la legalidad. Pero este nuevo brote xenófobo -Reus y Tortosa vienen aplicando medidas restrictivas similares- es inadmisible. Vic es una preciosa ciudad de origen medieval de unos 38 mil habitantes, donde la cultura tiene amplia cabida a lo largo del año en diferentes eventos que congrega a muchos visitantes. Pero esa cultura parece no llegarle a sus dirigentes municipales. Alegan cumplir la ley vigente para no empadronar a inmigrantes sin papeles, agarrándose a la reciente ley socialista de extranjería que está teniendo sus primeros resultados notorios. ¿O es que no lo esperaban cuando la redactaron y aprobaron? Sin embargo, los municipios deben regirse por la Ley de Bases de Regimen Local, que obliga sin excepción al empadronamiento de todos aquellos que residen en un muncipio. Aplican, pues, la parte que les interesa, porque actualmente la mano de obra inmigrante no les favorece (menos trabajo y más servicios sociales). Ni siquiera esta desafortunada medida es una demanda de la población, que la compone un 25% de inmigrantes, y que dice que los inmigrantes no provocan problemas. Es una medida política, favorecida por una ley injusta que considera a los inmigrantes como objetos, útiles o inútiles, según la circunstancia y como seres anónimos, cuando son individuos. Interesa seguir utilizando el concepto generico de "inmigrantes", en vez de sus nombres, para abundar en la sicosis de que se trata de un grupo peligroso y de que inmigrantes es sinónimo de inseguridad ciudadana o como mínimo de competencia laboral en momentos de alto nivel de paro. Lo peor es que estos tres partidos están alimentando a la xenofoba Plataforma per Catalunya del impresentable Josep Anglada, que controla la oposición en Vic con cuatro concejales (uno sacado en las urnas y 3 más transfugas de PSC y CiU). ¿Que les diferencia? Agarrarse a la legalidad, a veces no es lo justo. Legales en muchos paises han sido y son la tortura, la persecución y el asesinato. Las leyes, están para cambiarlas. Pero lo más incoherente de toda esta parafernalia xenofoba que se veía venir, es que el próximo presidente del gobierno español (según sus propias encuestas) Mariano Rajoy pide endurecer más la ya dura ley de Extranjería en plena polémica. Debe ser que está frito por gobernar desde la Moncloa (sería el único sitio, pues en su propio partido no lo consigue) que se apunta a todas a ver si rasca votillos de verdad. Primero enarbolando a "su" niña en las pasadas elecciones, luego los tomates cuando pudo salir Aminetu de Lanzarote, vistiéndose ridiculamente de cocinero de comedores sociales (¿Habrá comido en alguno?) o gastándose la cara de plantarse en una cola del paro a decirles que arreglará el tema cuando gobierne mientras apoya abaratar el despido. Es lo que se dice hacer el payaso (con perdón para este noble oficio circense). Ahora, con ésto de endurecer la ley de extranjería, se apunta a burro.