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sábado, 11 de diciembre de 2010

POR UNA REPÚBLICA ÉTICA

Si nos pararamos un momento a la serena reflexión, llegaríamos a la conclusión de que algo está cambiando de manera vertiginosa a nuestro alrededor. Las filtraciones de Julian Assange de "las veleidades" y componendas de la casta política internacional, han llegado al hombre de la calle y puesto en evidencia la escasa credibilidad, seriedad y honestidad de estos sujetos que nos malgobiernan. En España, un colectivo de trabajadores -lo hayan hecho correcta o incorrectamente- han puesto en jaque a todo un gobierno, dejando en evidencia su debilidad y torpeza. Por un lado, parece que la patente de corso del poder se tambalea, que los ciudadanos -como bien señala una reciente encuesta- denosta a estos chorizos parásitos y empieza a a dejar entrever que les va a dar muy pronto la lección que se merecen. En el caso de Assange se han dicho muchas cosas, desde que es un visionario, un guerrillero cibernético o un manipulado para filtrar "chismes" conque desviar la atención de otras cosas más importantes. Sea lo que sea, les ha dado en las partes que más duelen y su reacción les ha desenmascarado, siendo la más desafortunada posible para individuos que se dicen "demócratas". Cuando se dedican a provocar guerras, genocidios, crísis económicas, componendas políticas, tóxicos experimentos o corruptelas varias como la de la gripe A, y se les deja en evidencia, ponen en marcha su durmiente gen facista y persiguen la libertad de información y conocimiento. Saben que la verdad, es en definitiva más fuerte que la violencia y el engaño, sobre todos, aquellos que para su desgracia dependen del voto. Pienso que las filtraciones de la prensa de las filtraciones de wikileaks, son prácticamente chismería de la asquerosa práctica política, que no sirven para condenar a estos desalmados lenguaraces. Pero nos muestra su rídiculo y escaso nivel ético, de aquello que son capaces de hacer por sus intereses, y de que estos chismes, son la punta del iceberg que oculta algo mucho peor. Cada cierto número de años, las instituciones del Poder, sean políticas o vinculadas a la religión, desclasifican sus secretos y se dan golpes de pecho. La historia está repleta de "perdones" que no compensan el dolor o injusticia cometida. Las filtraciones de wikileaks, suponen de todas maneras una advertencia de que el ciudadano puede utilizar sus mismas armas para vencerles, y eso, les acojona. Se dan cuenta de que no tienen todo el poder, como no tienen ninguna parte de la razón. Algo está cambiando. La ciudadanía debe movilizarse más que nunca, como lo está haciendo en Italia contra el neofacha mussoliniano de Berlusconi. Debe salir a la calle, a decirles claramente que se vayan, que no los necesitamos, que no nos van a engañar más, ni estamos dispuestos a seguir ser siempre los sacrificados de sus corruptelas, despilfarros e ineptitudes, de las crisis que no provocamos, de su servilismo a los poderes fácticos militares y financieros. Pero no sólo salir a la calle y a las redes sociales para que lo sepan, sino impidiendo que se reproduzcan como lacra social en que se han convertido, y vuelvan a disfrutar de otros cuatro años de ejercicio sinvergüenza gracias al voto de la ciudadanía. Por una República Ética, conquistemos nuestra libertad y digamos no.