Llevaba tiempo sin aparecer por aquí, no por dejadez ni derrotismo, sino simplemente por encontrarme ocupado en múltiples cosas que han impedido centrarme en la realidad que nos rodea. Y no por falta de temas, desgraciadamente. El caso que más ha ocupado mi atención, indudablemente por su doble cercanía, es el de Aminatu Haidar. Su valiente actitud ha revivido a la opinión pública internacional y canaria en particular, una situación sangrante sumergida por distintos intereses muchos años. Al mismo tiempo, ha desnudado las vergüenzas del gobierno español y la sinvergüencería de la monarquía feudal marroquí. Del chulo monarca alauita, ¿qué decir? ¿Cómo se atreve a chantajear a un gobierno constitucional como el español, que además, dentro de poco, le va a abrir la puerta del asociacionismo a la Unión Europea? ¿Cómo lo arrastra a la complicidad corderil en el secuestro de Aminatu? ¿Cómo se atreve a exigir que Aminatu le pida perdón para dejarla entrar en el Sahara? ¿por qué sus socios protectores (USA y Francia) así como los consentidores (España, Unión Europea y ONU) permiten tal alarde de soberbia feudal? ¿No es el propio Mohamed VI quien debería PEDIR PERDON a Aminatu y a todos por su flagrante incumplimiento de los derechos humanos? La vida y la dignidad de una persona no tiene que convertirse en moneda de cambio de unos intereses políticos, en actitud vergonzante del gobierno español, que ni siquiera se ha atrevido a llamar a consulta al embajador en Marruecos (para no ofenderlo) ante la sucesiva actitud chulesca del monarca alauita y sus timoratos y serviles partidos políticos corresponsables de lo que le pase a Aminatu. Corresponsables también todos aquellos que teniendo mecanismos de presión en sus manos no lo han ejercitado o lo han hecho tibiamente. Que no nos vengan a partir de ahora con discursitos y mensajes navideños sobre derechos humanos. La solidaridad se ejercita, no se pregona con la boca chica o cuando interesa. Se es o no se es. Hagan lo que hagan a partir de ahora, Aminatu ha desnudado sus vergüenzas y no volverán a engañar a nadie más.