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martes, 14 de abril de 2009

SALUD Y REPÚBLICA




Hoy es 14 de abril. Una fecha a recordar porque hace casi 80 años el pueblo español eligió en las urnas, después de la "dicta-blanda" de Miguel Primo de Rivera, la senda de la democracia, instaurando la 2ª República. Hay bastantes estudios y opiniones respecto al desarrollo de esta parte de la historia española, interrumpida violentamente por el ejército, la jerarquía católica y la ultraderecha, que encontró en el dictador Franco, el perfecto muñidor para instaurar durante 39 años el terror y el miedo a la libertad. La historia está para analizarla y aprender de ella para no cometer nuevos errores. Considero, por tanto, que la verdadera democracia está reñida con la monarquía, en cuanto impide mi derecho a elegir al máximo mandatario de mi país. Considero que una familia, además beneficiada de jugosas canonjías como la real, no debe poseer el derecho vitalicio a perpetuarse en el poder sin mi consentimiento y del de cada uno de mis conciudadanos. Máxime, si esta dinastía, la Borbónica ha protagonizado hechos vergonzantes en la historia de España de los últimos siglos. La monarquía en España, fue desalojada del poder por las urnas en 1931, y se reinstauró por decreto franquista sucesorio. Los defensores pasivos de la monarquía, la defienden aludiendo que con el actual rey ha habido estabilidad política en España. Y yo me pregunto, ¿Gracias a la monarquía o a la madurez del pueblo español? ¿No ha sido gracias a esa madurez, que el rey se ha visto obligado a muchas de sus actuaciones trascendentales? Y si así fuera, ¿no es hora de agradecerle los servicios prestados y dar paso a un sistema presidencial elegido por todos los españoles? Sería en mi opinión de "chapeau" que el actual rey abdicara y siguiera ejerciendo sus funciones "presidenciales" con el consenso parlamentario hasta su fallecimiento, y a partir de ahí, España pasara de régimen monárquico a Tercera República. Mientras me recreo, al menos un día al año, con ilusiones imposibles, reivindico mi derecho 365 días al año a creer en su posibilidad, como la de que exista otro mundo justo, libre, solidario y democrático.



Salud y República.