Sorprende, como mínimo, que Rodríguez Zapatero se haya apresurado a "felicitar calurosamente" y desearle el "mayor éxito" posible al nuevo presidente de Chile, el derechista Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique. Que lo haga el futuro presidente español según sus encuestas, Mariano Rajoy, cayéndosele la baba porque, segun dijo "comparte sus ideales", es lógico. Si ha sido mera cortesía formal, tanto entusiasmo de Zapatero, sobra. Más cuando a nadie se le esconde que tras este multimillonario empresario se agazapan enfervorizados seguidores del carnicero y gorila dictador Pinochet. ¿Será casual que ambos apellidos empiecen por la misma sospechosa sílaba? En la misma celebración por la victoria por más de 3 puntos sobre la Concertación (socialistas y democrata cristianos) liderada por Frei, los bustos de Pinochet se han dejado ver bastante impunemente, incluso ya suenan colaboradores con el regimen del dictador que asoló el país entre 1973-1988 (fecha del famoso referendum de 5 de octubre que impidió su continuidad), como próximos colaboradores de Piñera. Pinochet, además de masacrar cualquier atisbo de oposición con apoyo de la jerarquía católica y los Estados Unidos, impuso para beneplácito de este último país, una economía neoliberal a costa de los más pobres. Desde 1990 ha gobernado Chile la Concertación socialista-democrata cristiana con 4 presidentes Patricio Alywn y Eduardo Frei Ruiz-Tagle (democrata-cristianos) y Ricardo Lagos y Michelle Batelet (socialistas), que en estos últimos 20 años han conseguido cuatriplicar el Producto Interior Bruto y reducir un alto porcentaje la pobreza. Es decir, Piñera recibe un pais saneado para sus sospechosas especulaciones que lo pueden convertir en el Berlusconi chileno. Nada más ganar las elecciones, su empresa Axxion subió 13 puntos en la bolsa, y produce estupor, que todavía no se haya desvinculado de su emporio empresarial. El periódico El Siglo, ha hecho público unos documentos desclasificados de la CIA que revela las relaciones de Piñera con el entorno de Pinochet y el origen de su cuantiosa fortuna de manera fraudulenta durante la dictadura. Dicho periodico, revela como el padre de Sebastián Piñera, era informante de la CIA y como consiguió que Aguila 1 (nombre clave del embajador norteamericano en Santiago) sacara a su hijo en 1982 del país (via México y Argentina) cuando estaba a punto de entrar en la carcel por estafador. El actual presidente chileno, junto a su hermano José, Miguel Calaf y Alberto Dunoni, se imventaron un grupo de 80 empresas ficticias que "utilizaban beneficios que otorgaba el Banco Central de Chile para sus exportadores" a través del desaparecido banco Talca, "comprando" incluso acciones del propio banco. Su hermano José, fue ministro de Trabajo y Minería de Pinochet, además de colaborador directo del dictador y analista financiero de la familia. El periodista que sacó a la luz esta información de los propios archivos de la CIA, recibió amenazas de muerte.