Muchos, muchos ciudadanos, nos hacíamos ilusión con la reapertura del histórico Teatro Pérez Galdós, completamente remozado. La misma ingente ilusión con el cambio en la gestión cultural preconizado por los socialistas en esta isla. De la desilusión se está pasando, creo, a paso galopante, a lo más parecido a una gigantesca tomadura de pelo y atraco a mano armada al dinero de los ciudadanos de esta isla. Jerónimo alcalde sigue erre que erre, con su elitismo favoreciendo descaradamente a un mínimo sector de la sociedad y de espaldas a los creadores y artistas canarios (incluidos a los del ámbito de la música clásica, zarzuela y ópera) a los que con esa actitud desprecia. En momentos graves para la economía general y la cultural en particular, en la que responsables del propio Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria -que de paso hay que decir llevan esta legislatura cobrando un pastón por no se sabe qué- se agotan diciendo que no hay dinero para actividades, se sigue despilfarrando abusivamente en traer o producir espectáculos costosísimos sin que apenas reporte en Canarias la inversión. Huidas adelante como gastarse 35.000€ en Viena para proyectar unos segundos unas imágenes de la ciudad y la isla, en una pantalla en la plaza Herbert Von Karajan, frente a la Opera de Viena -¡Que casualidad!- que celebra su 140 aniversario el próximo 25 de este mes, suena hasta patético cuando se habla de promocionar una Ciudad candidata a Capital Cultural Europea en 2016. Más aún la presentación de la programación del Pérez Galdós presentada ayer por la mañana. La danza desaparece por "limitaciones en la perspectiva visual" (¿?) y se reduce a cuatro óperas (naturalmente una de Wagner y van...: ¿de donde han salido de repente tantos wagnerianos?), un musical, un concierto de jazz, otro de piano, y de mezzosoprano, y dos obras teatrales. ¡Por fin! Si. Por fin entra el teatro tan denostado por el desaparecido anterior director Rafael Nebot, según él, por aquello de deficiente acústica para el "teatro de la palabra". Pues menudo gasto para tener un teatro que no sirve para representar teatro y con limitaciones para la danza. Volviendo al tema teatral, valdría bien aquello de "si no quieres caldo hay van dos tazas" porque de repente se programan dos de Don Benito. La primera, "Galdosianas", montaje sobre las mujeres de Galdós parece interesante, pero extraña volver a insistir con Electra, cuando hace poco el propio director Juan Cambreleng daba a entender que se había desistido del citado proyecto. ¿Tirón de orejas por compromisos políticos? Suena raro, porque la reivindicación ciudadana es que el Perez Galdós se abriera también a representar como dicen "teatro de la palabra", pero no necesaria y exclusivamente teatro galdosiano. Pero lo más que mosquea es que para Electra, que es una producción, se diga que "se va a intentar contar" con profesionales canarios. Esto suena a que no va a ser así, o que se le darán prácticamente papeles de figurantes, mientras el dinero se va a las Tamzin o los Barajas, que por cierto son los mismos del Tenorio de Vegueta. ¿Será en compensación por no hacerse el Tenorio, que se haya retomado Electra? Por otra parte, me he puesto a hacer números. Si con 8 millones de euros que tiene de presupuesto el Galdós, se hacen unas 40 funciones de 10 espectáculos, ¿a como sale cada butaca? ¿Cuanto tendría que pagar un espectador si no hubiera esa subvención? ¿Casi 300 euros? ¿No es un disparate, un despilfarro, una malversación de fondos públicos y un desprecio para los artistas canarios, empeñarse en mantener una programación marcadamente elitista?