En mi comentario anterior sobre la cultura, hice mención -al referirme al necesario golpe de timón del modelo cultural establecido- al apartado de proyectos megalómanos que han agotado los recursos presupuestarios institucionales. Tal como se ha venido sucediendo, la gestión del WOMAD en Las Palmas de Gran Canaria, puede o debe verse afectado sin lugar a dudas. Si se cacarea que hay otras prioridades en este momento tan crítico, es de cajón, que en la actividad cultural subvencionada con dinero público, también haya esas prioridades en programación. Acabo de ver el programa de la edición de este año del Womad a celebrarse el próximo día 12, y la verdad, para el cartel previsto, lo que se va a invertir en ello y tal como está el patio, es incoherente que se lleve a cabo. Me imagino que la corporación actual, cuando rebajó el jugoso pastel de los casi 700.000 € que nos costaba por cuatro días, a un tercio, por un sólo día, no amarró que a cambio, el cartel estuviera a la altura de otros años o que se buscaran otras alternativas de financiación. En mi opinión, no hizo un buen negocio. En proporción, nos sale más caro y con un cartel poco atrayente. Por otra parte, no he visto, por ahora, qué artistas de las islas van a estar presentes, y si eso significa que no los va a haber, o que sí, y se está improvisando o buscando alguno que toque casi gratis. Este último punto, que es muy importante dadas las fuentes públicas de financiación que ha tenido hasta ahora, ha sido el de su punto débil, por la escasa representación canaria que ha tenido, las horas intempestivas en las que se les ha dado opción de participar, y sobre todo, la nula promoción para que pudieran acceder a otros Womad que el inefable Peter Gabriel tiene establecidos en franquicia por el mundo. Indudablemente, al Womad hay que agradecerle los servicios prestados en cuanto a ponernos en contacto con artistas y culturas del mundo que de otra manera hubiera sido imposible, aunque también nos haya colado petardos y, ultimamente, significativos productos comerciales para no perder comba en cuanto a la audiencia. Soy de la opinión, de que si una cosa no funciona o lo hace de esta manera, o su mantenimiento va a suponer la desaparición de los creadores canarios, mejor cambiar de rumbo. Pero nunca,de que la solución sea la desaparición de la actividad, sino la búsqueda de alternativas coherentes artística y económicamente con el momento. Si en el debate social respecto a las megalomanías culturales con financiación pública se concluye que este Womad no debe continuar, hay que tener claro un plan B. Y uno podría haber sido perfectamente este año la celebración de un Foro de las Músicas en Canarias, que a lo largo de tres o cuatro días acogiera a los numerosos músicos que hay en las islas, de nivel y competitidad, y que por eso del papanatismo de los gestores de postín, a quienes falta imaginación y sobra miedo en igual proporción, apenas tienen la posibilidad de ser conocidos ampliamente. El Foro sería el lugar ideal para debatir también lo que se empieza a hablar afortunadamente tras el recorte drástico en cultura: la necesidad de un cambio de modelo de gestión.