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jueves, 30 de agosto de 2012

DERECHO A SABER LA VERDAD

El reciente fallecimiento el pasado día 25 en Cincinnati (USA) del astronauta Neil Armostrong recién cumplidos los 82 años, ha reavivado el recuerdo de su gesta de ser el primer hombre en pasear por la luna. Pero, también todos los puntos oscuros de la histórica misión y el derecho a saber la verdad.
La NASA, como agencia vinculada al ejército norteamericano en su faceta de conquista espacial, ha mostrado en muchos aspectos, una amplia comunicación de sus logros, y hasta de sus fracasos y accidentes, pero dejando muchos cauces abiertos a la interesada especulación.
Los inicios de la carrera espacial están relacionados con las primeras noticias de apariciones de ovnis supuestamente extraterrestres en los años 40, tanto en la antigua URSS o USA, caso de Roswell y su tan mítica Area 51. Poco antes, los nazis, que experimentaban armas secretas, habían puesto en marcha proyectos mezclando ciencia y ocultismo al servicio de la consolidación del III Reich de Hitler: El proyecto secretista Ahwnenerbe de 1935 puesto en pie por el mismo Himmler, envió a varios lugares del mundo expediciones en busca de pruebas (Tibet, Oriente Medio, etc...) para reafirmar la ideología nazi; las teorías de la Welteislehre, de que el cosmos estaba basado de hielo del ingeniero austríaco Hans Horbiger, fueron póstumamente adoptadas por el nazismo como contraposición a la teoría de la relatividad, que consideraban de origen judío; el también austríaco Victor Schauberger ideó un disco volador, similar al aspecto de los usuales ovnis, en cuyo trabajo anduvo la Siemens. Al acabar la guerra, muchos cientificos alemanes, con pasado nazi o no, acabaron en Estados Unidos trabajando para el gobierno en los proyectos secretos nucleares (proyecto Manhattan) y espaciales, caso de Wernher Von Braun, diseñador del cohete Saturno V propulsor de la nave Apolo que alunizó en 1969.
La conquista de la luna, fue anunciada por la NASA en 1960 como un proyecto llamado Apolo con tres tripulantes (después del inicial Mercury de un sólo tripulante, y el Gémini, de dos) con objeto de acercarse al satélite terrestre y estudiar un alunizaje futuro. Sin embargo, al año siguiente, el entonces presidente John F. Kennedy, lanzó al mundo el reto de que en esa década un norteamericano pasearía por la luna, lo cual se cumplió en la noche madrugada del 21 de julio de 1969. Aquel día histórico para la humanidad, en el borde del cráter Moltke, en el paraje llamado Mar de la Tranquilidad, se posó el LEM (módulo lunar) Eagle con Armstrong y Edwin Buzz Aldrin. El primero, se convertiría en el primer hombre en pisar la luna, diciendo su famosa frase "One small step for a man, one giant leap for mankind" (un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad). Después, le seguiría Aldrin, para juntos recoger durante 3 horas muestras de rocas lunares. No deja de ser curioso en un viaje milimétricamente planificado con antelación, que poco antes del despegue, alguine decidiera que no sería Aldrin, como estaba previsto, el primero que pisara la luna, sino Armstrong. Parece ser, que el caracter más parlanchín, dicharachero de Aldrin no encajaba con la que tendría que dar el disciplinado y obediente militar veterano de Corea, Armstrong. Otro detalle, es que prácticamente todas las fotografía, si no todas, las sacó Armstrong, con lo que el astronauta que se ve en ellas no es el primero que pisó la luna, a no ser que en la que se ve reflejado en el visor de la escafandra de Aldrin.
Nada más bajar a la luna por la escalerilla del módulo, los millones de telespectadores que siguieron en directo el momento, se vieron sorprendidos por el corte de imagen y sonido durante dos minutos. La NASA alegó avería por sobrecalentamiento de la cámara. ¿Cómo era eso posible -se preguntaba la audiencia- en una misión que había costado 400 millones de dólares, después de tanto entrenamiento, 9 naves anteriores y sondas, y el sacrificio de los astronautas Grissom, White y Chaffee, que murieron al incendiarse el módulo durante una prueba, al entrar en contacto una chispa con oxigeno puro 100%.
Con el tiempo, uno de los privilegiados trabajadores del proyecto, denominado por protección "mirlo rojo", hizo trascender informaciones que no concuerdan con la versión de la NASA. Esos dos minutos de "silencio técnico", coinciden con la información transmitida en la primera conversación entre ambos astronautas y la tierra. Según algunas fuentes, Armstrong quedó maravillado ante la presencia de unos objetos luminosos y lo que le parecían extraños seres observando la maniobra desde el borde del cráter. Sin embargo, Houston les ordenó reiteradamente se dirigieran al lugar planificado de recogida de muestras. También empezaron a circular unas imágenes de 14 minutos, de lo que se asemeja un viejo edificio de un hangar en ruinas, mientras el monitor captaba el ritmo vertiginoso del corazón de Armstrong a 150 pulsaciones por minuto. Fuera lo que realemente pasara, Armstrong, un soldado disciplinado de la marina, nunca ha dicho ni escrito nada, llevándose la experiencia a la tumba. Sus dos compañeros, que le han sobrevivido con la misma edad, sí escribieron libros. En "Return to Earth", Aldrin hace referencia a un objeto luminoso en forma de L o maleta abierta que les acompañó en el viaje de ida, y que se dijo, podía ser restos del cohete propulsor Saturno, hecho que no menciona Collins -el que se quedó orbitando la luna- en su "Carrying the fire", a pesar de que Aldrin dice que sobre el fenómeno hablaron en la nave los tres astronautas.
A la exitosa misión del Apollo XI, le siguieron 6 más, salvando la crítica del Apollo XIII, que no llegó a completarse al estallar un tanque de oxigeno y tener que hacer retornar la nave milagrosamente a la tierra. Las dos últimas, llevaron consigo el rover lunar, vehiculo que posibilitó a lo largo de tres días desplazarse más allá del módulo y recoger muestras durante 22 horas.
El proyecto Apolo se interrumpió en 1972, y desde entonces, que se sepa, el hombre no ha vuelto a pisar la luna, poniendo la vista, como está ocurriendo en otros proyectos como el Curiosity, en Marte. ¿Qué fue lo que hizo abandonar la idea de seguir yendo a la luna? El secretismo en muchos aspectos de la NASA sólo ha hecho alimentar especulaciones, como que aquellas famosas ruinas construidas por alguien fueron destruidas desde el espacio por rayos lasers radioactivos. Por otro lado, se han levantado otro tipo de especulaciones, sobre si realmente el hombre estuvo físicamente en la luna, o todas las imágenes han sido rodadas en la tierra, basándose en aspectos de las fotografías difundidas, respecto a luminosidad y proyección de sombras.
Salvo que algún día salte la sorpresa, y aparezca en el futuro algún relato de quien lo vivió en primera persona (Armstrong), las especulaciones de lo que realmente pasó, siguen en pie, a pesar de nuestro derecho a saber la verdad.