Este tono levantado del español es un defecto, viejo ya, de
raza. Viejo e incurable. Es una enfermedad crónica.
Tenemos los españoles la garganta destemplada y en carne
viva. Hablamos a grito herido y estamos desentonados para siempre, para siempre
porque tres veces, tres veces, tres veces tuvimos que desgañitarnos en la
historia hasta desgarrarnos la laringe.
La primera fue cuando descubrimos este continente y fue
necesario que gritásemos sin ninguna medida: ¡Tierra! ¡Tierra! ¡Tierra! Había
que gritar esta palabra para que sonase más que el mar y llegase hasta los
oídos de los hombres que se habían quedado en la otra orilla. Acabábamos de descubrir
un mundo nuevo, un mundo de otras dimensiones al que cinco siglos más tarde, en
el gran naufragio de Europa, tenía que agarrarse la esperanza del hombre. Había
motivos para hablar alto. Había motivos para gritar.
La segunda fue cuando salió por el mundo, grotesca mente
vestido, con una lanza rota y una visera de papel, aquel estrafalario fantasma
de la Mancha, lanzando al viento desaforadamente esta palabra de luz olvidada
por los hombres: ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!… También había motivo para
gritar. También había motivos para hablar alto.
El otro grito es más reciente. Yo estuve en el coro. Aun
tengo la voz parda de la ronquera. Fue el que dimos sobre la colina de Madrid,
el año 1936, para prevenir a la majada, para soliviantar a los cabreros, para despertar al mundo: ¡Eh! ¡Qué
viene el lobo! ¡Qué viene el lobo! ¡Qué viene el lobo!...
El que dijo ¡Tierra! Y el que dijo ¡Justicia! es el mismo
español que gritaba hace seis años nada más, desde la colina de Madrid, a los
pastores: ¡Eh, que viene el lobo!
Nadie le oyó. Los viejos rabadanes del mundo que escriben la
historia a su capricho, cerraron todos los postigos, se hicieron los sordos, se
taparon los oídos con cemento y todavía ahora no hacen más que preguntar como
los pedantes: ¿Pero, por qué habla tan alto el español?
Sin embargo, el español no habla alto. Ya lo he dicho. Lo
volveré a repetir: El español habla desde el nivel exacto del Hombre, y el que
piense que habla demasiado alto es porque escucha desde el fondo de un pozo.
LEON FELIPE, 1942
León Felipe (Zamora 1884 - Ciudad de México, 1968),
fue un poeta y republicano español. Tras
licenciarse como farmacéutico, y trabajar como administrador de hospitales, tres años en Guinea Ecuatorial, viajó a México en 1922. Trabajó como bibliotecario en Veracruz y como
profesor de literatura española en Estados Unidos. lVolvió
a España poco antes de iniciarse la guerra civil, viviendo como militante republicano hasta 1938, año en que se exilia definitivamente a México pasando a ser agregado cultural de la embajada de la República Española en el exilio, única reconocida
entonces por el Gobierno mexicano.