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martes, 27 de marzo de 2012

DIA MUNDIAL DEL TEATRO: 50 AÑOS


Medio siglo lleva ya la comunidad teatral internacional celebrando cada 27 de marzo el día mundial del teatro. La idea, que partió de un delegado finlandés al 9º congreso del Institituto Internacional del Teatro (1961) -Institución vinculada a la Unesco creada en 1948- fructificó inmediatamente, y puntualmente desde el año 1962, cada 27 de marzo nos llega un mensaje de una personalidad teatral sobre el significado de este acontecimiento único que es el teatro. Nombres como Jean Cocteau, Arthur Miller, Laurence Olivier, Helene Weigel, Peter Brook, Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Maurice Bejart, Luchino Visconti, Richard Burton, Eugen Ionesco, Augusto Boal, Edward Albee o Judy Dench, entre otros, han expresado su mensaje de vitalidad permanente del teatro. Cada mensaje está en consonancia con los objetivos con que se creó el Institituto Internacional del Teatro, poco después de la II guerra mundial y con la creencia de que el teatro constituye una forma de entendimiento proclive para el mantenimiento de la paz y la concordia del ser humano. El actor John Malkovich, mensajero de este cincuentenario, nos habla del teatro como hecho profundo, conmovedor, contemplativo y único, que ayuda a reflexionar sobre el significado del ser humano, exhortando finalmente a sobrellevar la adversidad, la censura y la pobreza.
Sin embargo, cada año surge en Canarias la eterna pregunta. ¿Qué celebrar de festivo el 27 de marzo? La situación del teatro en las islas, es cada vez más preocupante, marginada, solo mantenida institucionalmente como objeto de boato y claudicación a lo foraneo, obviando olímpicamente el teatro de Canarias -como si no existiera- cuando ha dado ejemplos de su nivel y apoyo del público, y que sería aun mejor si fuera apoyado más consecuentemente.
Es verdad, que en esta capital disponemos de varios teatros, pero los teatros públicos miran para otro lado, aun a sabiendas de que en estos momentos de crisis es más rentable y coherente contar también con programación de los profesionales de las islas. Los teatro públicos, mantenidos generosamente con el dinero de todos los canarios, son meros espacios de exhibición, y de espectáculos de fuera, que son muchos más caros -además viajes, traslados de carga y estancias- y que la mayoría de las veces apenas llenan un par de filas de butacas. Un auténtico despilfarro de dinero público, inconcebible en la situación actual. Hoy día, se considera en cualquier lugar del mundo civilizado una incongruencia política y cultural que un teatro público se dedique sólo a exhibir y no a producir o coproducir espectáculos o contar con una o varias compañías residentes. ¿Es coherente tanto gasto para solo dos días de función y tan poco público? Las escasas producciones canarias que pueden acceder a estos teatros públicos (¿?) se ven obligadas a hacerlo a porcentanjes de taquilla cuando a las que vienen de fuera se les paga sin rechistar generosos cachets. Lo rechinante no es que se desaire de esta manera a los profesionales canarios, sino que además se les cobre un alquiler por el uso del teatro -alquiler al que se ven obligado al no programárseles- de 4.000 €, alquiler al que no están sujetos producciones foraneas. ¿Es ésto política de un teatro público?
¿Qué tiene que celebrar entonces el teatro en Canarias? Celebrar el día mundial del teatro en Canarias, además de las connotaciones inherentes a los objetivos del Intituto Internacional, tiene necesariamente objetivos reivindicativos para la profesión, con la conciencia de que como bien afirma Malkovich, hay que hacerlo mucho y bien, y de que a pesar de tantos siglos y avatares, las censuras, caprichos y desaires del poder no han podido evitar que siga existiendo el teatro.

martes, 20 de marzo de 2012

100 DÍAS DE P.P.



A los gobiernos, se les suele dar 100 días de gracia para empezar a valorar su gestión y vislumbrar un futuro de su acción. Este formado por Mariano Rajoy, por las medidas que ha adoptado en tiempo record y sospechosas prisas, amén del impacto de sus medidas, no augura un grato futuro, al menos a medio plazo. Parece más bien integrado por representantes de los grandes empresarios, bancos y la comisión episcopal española, que por políticos en defensa de los intereses del país y de sus ciudadanos, incluso de la gran mayoría de quienes lo votaron a tal efecto. Sus polémicas medidas en perjuicio de los trabajadores con una reforma laboral que nos retrotrae de un plumazo años en conquistas sociales, intervenciones en materia de educación y sanidad, que pueden considerarse anticonstitucionales, etc... llegan a Canarias maximizadas en sus consecuencias por otras medidas concretas, curiosamente relacionadas con el campo de acción del tan cacareado ministro "canario" Soria. ¿Pero a quién sorprende, conocidas sus formas, maneras, despues de su aciago paso por el Cabildo de Gran Canaria como Presidente, por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria como alcalde y por el gobierno autónomo como vicepresidente? Ahora como ministro "canario" ha castigado a sus paisanos por no aplaudir su plan de entregar el futuro y la seguridad de Canarias a Repsol. Ha dado a entender el presidente del Cabildo de Fuerteventura que dicho plan obedece a un futuro asiento en el consejo de dicha empresa, como de otras energéticas lo tienen anteriores presidentes como Aznar y Felipe González. A la vista de como se han desarrollado los hechos, no parece descabellada la intuición de Mario Cabrera. Con unas prisas sospechosas, dado que la Comunidad Europea prepara un marco legal más drástico en materia de extracción petrolera, Soria ha conseguido que el pasado viernes 16 -viernes negro para Canarias y no sólo por el color del crudo- el gobierno Rajoy le diese la esperada luz verde a Repsol. Previamente, aprueba medidas que eviten que Canarias despegue en el uso de energías alternativas, eliminando las subvenciones para energías renovables. La extracción de petroleo -una fuente enérgetica además con escaso futuro y altamente contaminante-, por mucho que digan no beneficiará a Canarias, ni en creación de puestos de trabajo, que es el cebo que siempre se tiende a ver si se pica, ni en seguridad, no sólo en cuanto a vertidos -la experiencia es larga y de catástrofes consecuencias- sino también de seguridad de la zona. ¿Cuántas de ellas en el mundo hay actualmente en conflicto por el control del petroleo? Si además, consideramos el daño irreparable que ocasionaría en la pesca (¿cuántas empresas y trabajadores del mar acabarían engrosando las listas del paro?) con el correspondiente encarecimiento, ya exarcebado, del coste de la vida, como a la imagen de la industria turística, la única capaz de tirar con fuerza de la economía de las islas, concluimos el desprecio olímpico que tiene este ministro "canario" por sus islas. Hay otro efecto del que se habla poco o casi nada, y es que Canarias para subsistir necesita del agua salada para potabilizarla, lo cual en caso de un vertido, nos condenaría a importar agua o morirnos de sed. ¿Lo tiene previsto ya Soria con alguna otra empresa de aguas minerales? Porque de remate, al surgir un movimiento contestario en las islas en contra de la extracción de petroleo en aguas cercanas a Canarias, cortó de un plumazo las subvenciones de combustible con destino a la desalación de agua de mar, en una evidente acción política de que quien no está con él, lo está en contra. Una soberbia bipolar que ha despreciado a las instituciones canarias que no están de acuerdo con él, que representan a miles de canarios y contra quienes ha mostrado maneras despóticas dignas de otro tiempo.

viernes, 2 de marzo de 2012

¿ES IMPORTANTE EL TEATRO?


Cuando asistimos al teatro, compramos la entrada y nos sentamos a presenciar un espectáculo que nos gustará o no, que nos hará reflexionar o no, que nos hará pasar un rato divertido o aburrido, que nos hará aflorar las emociones o sentimientos más profundos e intensos, que nos hará disfrutar de un texto escrito desde otra mirada, una interpretación actoral o una interesante puesta en escena donde se conjugan diferentes disciplinas artísticas, que en definitiva, nos hará por unas horas ciudadanos comunes de un hecho mágico y colectivo, probablemente no nos preguntemos por qué el teatro existe como tal, al menos, desde hace 25 siglos, que nos seduce e induce asistir desde hace tanto tiempo, y si siempre ha existido de igual manera, la misma predisposición, los mismos hábitos, las mismas reacciones, la misma ilusión y convención de creernos lo que sucede sobre un escenario como si fuera la imitación a la vida más perfecta. Si la forma de escribir, de interpretar, de iluminar un escenario, o del edificio teatral y su disposición, o la forma de vivir de cada persona que forma parte de la gran familia teatral, siempre ha sido igual, si desde el principio o no, el teatro ha sido favorecido por la sociedad –no por capricho de ciudadanos o gobernantes, sino porque simplemente es considerado un hecho cultural, social y vital necesario y trascendente-, o perseguido de manera abierta o sibilina, si los cómicos, han tenido igual fortuna a lo largo del tiempo en su consideración pública y de que manera ha podido influir el avance de la tecnología en su evolución, en la forma de hacer, gestionar y presenciar el arte escénico, cómo la censura del poder, cómo la crítica teatral, cuando y por qué apareció y con qué fin, cómo se ha constituido el arte escénico en una industria cultural importante... Muchas preguntas en fin que nos llevará a la conclusión general de que ha ha sabido y podio sobrevivir a todas sus crisis, ha seguido ahí desde que el hombre empezó a comunicarse y problamente seguirá existiendo, de una manera u otra, hasta que el hombre deje de hacerlo y acabe la sociedad tal como la conocemos.

Algunas de estas reflexiones son el objetivo del curso “Espacio y Arquitectura Teatral. El actor y su medio” que el lunes 5 de marzo comenzamos en la Fundación Mapfre-Guanarteme, C/ Castillo 6, Las Palmas de Gran Canaria. Más info= 928 310333 / 311471, infofmg@mapfre.com