El futbol español, sobre todo desde que los antiguos clubes empezaron a convertirse en sociedades anónimas deportivas en la época de las vacas gordas de los derechos televisivos -y algunos antes, caso de Gil y Gil- nos ha deparado que mayormente, las personas que llegan a su cima, desvelan al cabo del tiempo conductas sospechosas. El futbol profesional -como lo llaman- parece más que un club con fines deportivos, una manera de blanquear dinero o emprender fabulosas maniobras de especulación urbanística. Muchos viejos estadios se han recalificado y han supuesto cuantiosos beneficios que no se sabe bien si han beneficiado más a los clubes o a ciertos presidentes. Los astronómicos sueldos de algunos futbolistas que para colmo, en España, cotizan escasamente a Hacienda según una desacertada medida para atraerlos, no se imagina uno como se pagan, igual que sus fichajes, con los estadios semivacíos. Ahora, leo en Canarias 7 del día de hoy, que un juzgado de lo Penal de Las Palmas de Gran Canaria, ha impuesto tres años y un día de prisión al presidente del equipo representativo de esta ciudad, Miguel Ángel Ramírez. El motivo, "construir en un espacio natural protegido y desoir las reiteradas órdenes de paralización de la obra". Es decir, aplicando la chulería que abunda en esta "monarquía bananera", de incumplir la ley por la consabida política de hechos consumados. Abundan ejemplos: Torres del Canódromo, Gran Marina, Salinetas, y un largo etcetera. Se le condena además, a pagar una multa de 43.260 €. La jueza también ha desmontado el informe pericial presentado por Ramírez que afirmaba que la obra realizada no era obra nueva. Según la jueza el peritaje encargado al ingeniero técnico en topografía Enrique Vidania "no inspira confianza alguna" y por tanto no lo ha tenido en cuenta. Vidania fue concejal de urbanismo por el CDS en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en la nefasta etapa de extraños pactos para llevar a cabo una alcaldía time-sharing (1987-1991). De esa época hay que recordar su insistencia, como responsable de urbanismo, en que el antiguo cine Cuyás pasara a manos de una empresa privada peninsular que quería demolerlo y especular con tan amplio solar, a pesar de su grado de protección 2. La maniobra era descatalogarlo cambiando el plan urbanístico. Ramírez es director de una importante empresa de seguridad a la cual no deja muy bien con este tipo de actitudes. Llegó a la U.D. en la etapa de la ley concursal para intentar salvar un equipo arruinado y se quedó como presidente. A la vista de los resultados de su gestión, su paso por la presidencia y sus conocimientos de futbol, cuya ignorancia le han hecho rodearse de personajillos ambiciosos y sin escrúpulos, ha dejado mucho que desear y han convertido a la U.D. Las Palmas en equipo sin norte plagado de jugadores foráneos de escasa calidad despreciando a la cantera. Como es uso y costumbre en todos los que están pasando por los juzgados y se topan con la justicia, ha declarado la típica coletilla de que "respeta la sentencia pero no la comparte" y que por tanto recurrirá. Pero el daño al espacio natural de alta protección es ya irreparable.