La concejala de cultura del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por el PP, Isabel Garcia Bolta declara mostrarse orgullosa de abrir con el espectáculo Afrodita el TEMUDASFest de esta ciudad. No sé a que tipo de orgullo se refiere, si de programar un espectáculo que cuesta 107 mil euros al erario público o gastarse 400 mil del mismo en 4 (¡cuatro!) espectáculos que se trae de fuera. Es curioso que se muestre orgullosa de gastarse ese dinero, cuando precisamente su alcalde, también del PP, Juan José Cardona, se resistía a poner dinero para las guaguas que transportasen escolares al programa de inmersión lingüistica puesto en marcha por el gobierno autónomo para que los escolares pudieran además tener garantizada alguna comida este verano, precisamente porque decía que no tenía dinero.
No sé si está orgullosa de gastarse 107 mil euros en un espectáculo en que colaboran empresas canarias y 80 figurantes amateurs, sin cobrar un duro, en una ciudad en la que existen muchas empresas pasándolas canutas y muchísimos profesionales del sector sin trabajo. Tampoco sé si ese orgullo se refiere a permitir que 80 jóvenes engatusados por la dirección del TEMUDASfest -que sí cobrará por su trabajo como ella por el suyo igual que la Fura dels Baus, por participar en un espectáculo de esta compañía-, se cuelguen a muchos metros del suelo sin cobrar un duro por ello con solo 6 (¡seis!) ensayos, y actuando como esquiroles de unos profesionales a los que perfecta y lógicamente se les debía haber contratado. Igual está también orgullosa de haber hecho desaparecer de la ciudad un evento como el del Womad, que venía a salir más o menos lo mismo de lo que se gasta ahora en sólo 4 espectáculos, pero daba al menos trabajo a algunos profesionales canarios. O de haber minimizado el proyecto del Tenorio, que también daba trabajo a algunos profesionales de aquí, o haber diluido como un terrón de azúcar en el agua al Festival de Cine de Las Palmas, que no se sabe si está o no, ni si se seguirá o tampoco. O quizá de ver como el teatro Pérez Galdós, propiedad del ayuntamiento, ignora su función teatral y se oferta como incentivo para congresos y se ocupa su escenario con festines en vez de actores, cuando en esta ciudad sobran espacios para congresos, y los escénicos ponen pegas para que los profesionales isleños expongan sus trabajos.
En situaciones como éstas, los políticos reaccionan en sus decisiones con ignorancia o alevosía, pero Isabel García Bolta es una funcionaria que llevan muchos años vinculada a la cultura y otros tantos a la política, por lo que no es precisamente una ignorante en el tema y sabe -porque se ha reunido con representantes del sector- como está la situación de éste en su ciudad.
Ella podrá estar orgullosa, pero me temo que los profesionales de la cultura no lo están con ella, ni yo tampoco. Y habrá que hacerselo saber de alguna manera.