Los últimos días del 2009 nos trajeron la más peligrosa de las noticias: La libertad de expresión, derecho consagrado en el artículo 20 de la constitución española, en peligro. Alarma y preocupación fundada. El motivo, el fallo del juzgado número 16 de Madrid, condenando a los periodistas Daniel Anido (director de la cadena SER) y a Rodolfo Irago, jefe de informativos, a un año y nueve meses de prisión, a la inhabilitación del ejercicio profesional y la inhabilitación para votar mientras dure la pena de cárcel, por hacer pública en la web de la cadena un listado con 78 afiliados iregulares al Partido Popular de Madrid. El juez dictaminó que distribuir noticias en la web es incorrecto porque "internet no es un medio de comunicación social". Ya no nos basta con que cada vez sea mayor la concentración de poder de las empresas periodisticas en España y que controlen la información que quieren, sino que ahora viene un juez de listillo y se saca de la manga una teoría para evitar que el pueblo conozca la verdad. ¿En que país vive este juez? ¿Por qué se atreve a atemorizar con esta "ejemplar sentencia" digna de los tiempos más oscuros del franquismo a la profesión periodistica para que no siga denunciando los chanchullos de los políticos? Este juez, que debe dar ejemplo de coherencia con la constitución, que imagino en algún momento de su carrera habra prometiod o jurado acatar, y de ninguna sospecha oscura, ha querido sumarse al carro de esos especímenes que dejan en libertad a asesinos convictos, se ríen con sus declaraciones machistas de las mujeres maltratadas, muestran tibieza con los corruptos o conculcan los derechos fundamentales de los ciudadanos españoles. Si empezamos por ahí, ¿como seguiremos y acabaremos dentro de poco? No creo que haya quien dude ya que la libertad no se consiguió en España cuando se votó la actual constitución. Hay que seguirla conquistando cada día, ojo avizor y repudiando con firmeza cualquier burla a nuestra condición de hombres libres que se nos hace con alevosa provocación desde varios sectores de la sociedad. A no rebajar la guardia y a seguir peleando por nuestras derechos.