La hipocresía domina el mundo. La casta politica internacional gusta poner en su mentirosa boca palabras mayores como derechos humanos, solidaridad, paz... pero sólo cuando y contra quien les interesa. Es evidente el distinto rasero con que mide las mismas cosas: A los piratas sanguinarios asesinos del ejercito israelí que tirotean un barco en aguas internacionales, no se les considera tales, aunque sí a las guerillas etiopes que en sus aguas jurisdiccionales apresaban barcos que faenaban ilegalmente. El día a día nos da innumerables ejemplos y la conciencia del mundo cada vez más catatónica. Al cumplirse 21 años de la matanza en plaza Tienanmen de Beijing, de estudiantes, intelectuales y obreros chinos que protestaban contra la corrupción de su casta política y por las reformas políticas, los paises "occidentales" callan, como callan ante las invasiones en Irak o Afganistán, la agresión al pueblo palestino o saharuai, y multiples poblaciones minoritarias del mundo a quienes se les extermina o explota salvajemente. El mundo "occidental" está presente en una cómplice supermillonaria inversión -incluida la pobrecita España- en la expo de Shangai. El silencio sobre la matanza, de la que aun no se sabe a ciencia cierta el numero total de muertos después de 21 años, ni todos sus nombres, sigue siendo una bofetada a la cobardía de los líderes mundiales. Aun en China, siguen presos o vigilados miles de personas que participaron de una manera u otra, en la lucha pacífica por la libertad, y a la que como siempre se le opuso la violencia de las armas y la represión. ¿A que ese cinismo de luchar contra el terrorismo en el lenguaje de la casta política y dejar fuera la lucha contra el terrorismo de Estado? ¿Que diferencia los muertos por una bomba de un grupo terrorista que la de los tanques, bombas o metralletas de soldados sobre gente inocente? Aquella protesta provocó la destitución y persecución de uno de los pocos hombres honestos y sensatos del partido comunista Zhao Ziyang que se opuso al envío de tanques y uso de la fuerza en la inmensa plaa de Tiananmen o su ayudante el disidente Bao Tong que paso 7 años en prisión y sigue en libertad vigilada. Ahora se anuncia la salida de un libro de memorias del primer ministro en aquellos momentos, Li Peng, justificando el baño de sangre, cuando fue él quien influyó sobre en el máximo lider del pais Deng Xiaoping para dar el visto bueno. Con ello se siguió adelante con unas reformas económicas para ayudar a los funcionarios del gobierno, empresas estatales y monopolios a hacerse ricos, en vez de beneficiar a campesinos y trabajadores como pensaba Zhao Ziyang. Por los muertos sin nombre, por los disidentes aun en las cárceles, Liu Xiabo, Hu Jia o Gao Zisheng, y tantos represaliados, no hay que olvidar Tiananmen, aunque la casta politica que dice representarnos se cuide mucho de hablar de lo que le interesa y cuando le interesa, pensando antes en su cartera que en la dignidad de los seres humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario