En el día
internacional por el derecho al aborto libre, el obispo de Alcalá de Henares,
Juan Antonio Reig Plá, ha vuelto a la carga contra el aborto, la familia
homosexual y la eutanasia durante la I Jornada sobre la familia que ha organizado
la Universidad CEU San Pablo (*) . El obispo se dirigió en todo momento a los
escasos jóvenes presentes en la conferencia instándoles a "no tolerar
desviaciones de la familia natural", culpando a la segunda fase
de la revolución sexual, de los males que acechan a la familia –
que según él "atraviesa uno de los
momentos más críticos de su historia", y por extensión "la
sociedad española y la civilización cristiana". Por segunda revolución
sexual se entiende según el Janus Report de 1993, el proceso operado en los
años 80 del siglo XX en que comienza la aceptación paulatina y
el reconocimiento de comportamientos catalogados como "desviados"
desde tiempo inmemorial, como por ejemplo la homosexualidad, que hasta 1973 se encontraba en la lista de enfermedades mentales de la APA (Asociación
Psiquiátrica Americana), hecho que parece aun considerar el obispo de Alcalá. La
primera revolución sexual tendría lugar en los años 60, también del pasado
siglo, con la aparición de fármacos, como la píldora, con la que se abría la
posibilidad a poder separar el sexo como goce del exclusivo fin para procrear. La
aparición de la clonación, con el nuevo siglo, fase siguiente de la fecundación
in vitro, se considera una tercera revolución sexual.
El
obispo Reig, ya hizo gala de su talante homófobo utilizando un medio de
comunicación público (Televisión Española de la era del PP), durante la homilía del viernes de
la última semana santa, hablando de “aquellas personas que, llevadas por
tantas ideologías, acaban por no orientar bien las sexualidad humana, piensan
ya desde niño que tienen atracción hacia las personas de su mismo sexo y, a
veces, para comprobarlo, se corrompen y se prostituyen, o van a clubes de
hombres”. La Federación Internacional de Asociaciones de Médicos Católicos (FIAMC) respaldó al Obispo de Alcalá de Henares sobre lo que dijo en esa homilía referente a la homosexualidad. El comunicado firmado por el presidente de la FIAMC, José María Simón Castellví, señalaba que "los médicos católicos no comparten la práctica de la homosexualidad por no estar conforme con la sana antropología ni con la Santa Biblia. La homosexualidad no es pro-natura".Para el obispo, la familia está concebida para
procrear, y añade que los partidarios de la revolución sexual han
"conquistado el poder en España sentándose en la presidencia del
Gobierno" acompañados de "lobbies gays" de gran poder.
Pese a sus
numerosas declaraciones públicas atacando a las “personas atraídas por el mismo
sexo”, como a él le gusta denominar a los gays y “pretende curar”, el polémico obispo en algún momento “no tuvo inconveniente en interpretar papeles de mujer, llevar vestidos e
imitar voces y gestos femeninos”, según ha publicado la revista Interviú.
Según la citada revista, Reig Pla se travistió para dar vida a la madre Violaine
de “La Anunciación a María”
de Paul Claudel. Se trata de una obra de teatro que se representó en el
Seminario Metropolitano de Valencia en el cual el obispo inició sus estudios
religiosos. Ante casi mil espectadores, interpretó a una “aldeana medieval” de forma “muy maternal, se
notaba que lo sentía, que lo trabajaba desde dentro, y por eso lo hizo tan
bien”, según recuerdan sus excompañeros de seminario para dicha publicación. “Parecía
una ‘madonna’ total”, recuerdan otros asistentes a la obra, que además
confiesan que tuvo tanto éxito que fue escenificada una segunda vez en una
importante iglesia de Valencia. El obispo Reig fue seleccionado entre el resto
de seminaristas para interpretar a dicha dama de época por su aspecto físico
que recordaba a “una ‘doneta’ (mujercita) rellenita”. “Fueron a maquillar a
Reig y vieron que no hacía falta”, añadía su excompañero para Interviú.
El
obispo Reig Plá, lo es desde 1996 año en que fue nombrado por el Papa Juan Pablo II obispo de Segorbe-Castellón, y
posteriormente, desde 2005, obispo de Cartagena, por el actual Papa Benedicto XVI que lo ha destinado finalmente a la sede de Alcalá de Henares en 2009. En la Conferencia Episcopal Española preside, desde 1999, la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la
Vida y es el vicepresidente de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar.
Además, es miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, encargada de
“velar” por la ortodoxia, que preside otro representante del ala dura, el
arzobispo de Granada, Javier Martínez.
Sin
embargo, el obispo es polémico por otros temas, al margen de su obsesión sexual,
de la que antiguos compañeros de seminario dijeron en su momento, que “Reig -
personaje gris y solitario- habla más de sexo que de Jesús y más de
condones que del extraordinario mandamiento de amor universal de su Maestro”.
También defendió en 2010 que la violencia machista se da menos "en
el matrimonio cristiano" y vinculó la violencia de género (prefiere
llamarla violencia “domestica” como ha hecho en Intereconomía) con la pérdida
de la familia tradicional, lo que provocó una airada réplica de la anterior ministra
Leire Pajín y las asociaciones de mujeres, entre otros. A su juicio, la
violencia “doméstica” se da sobre todo en aquellos procesos de separación y
divorcio, en aquellos procesos de litigio, afirmando “que los matrimonios
canónicamente constituidos tienen menos casos de violencia domestica que
aquellos que son parejas de hecho o personas que viven inestablemente".
En 2009, Reig Pla ofició la misa anual “por los
caídos” en Paracuellos del Jarama con la bandera preconstitucional y fascista a
su lado, oscilando en el altar, y para satisfacción de destacados
miembros de la ultraderecha franquista, como Blas Piñar. El prelado completó su
gesto con una homilía que hizo saltar las lágrimas al propio Blas Piñar, nonagenario dirigente de
Fuerza Nueva y asiduo asistente al acto. Para Reig Pla, el camposanto de
Paracuello es «la catedral de mártires más importante del mundo» y rememoró
«los vivas a Cristo Rey» que, según él, dieron las víctimas antes de morir.
Blas Piñar, que se fundió en un abrazo con Reig, aseguró -según el diario Levante-
que «nunca había oído hablar así a ningún sacerdote, y menos a un obispo, de
los mártires del cementerio de Paracuellos».
El obispo de
Alcalá de Henares, conocido
por sus críticas al anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al que llegó
a acusar de crear una sociedad “enferma” autorizó en la web de su diócesis la
publicación de una guía en la que da pautas a los homosexuales que quieran
“un cambio” y tengan “esperanza” de “transformar sus vidas”, según el
documento. Famoso por sus posiciones contra los homosexuales y el
preservativo, al que ha fustigado como método de prevención del sida, ha
llegado a comparar el
profiláctico con un "bozal" por "lo
antinatural".
Su
trayectoria en la Iglesia tampoco está exenta de polémicas. Dejó su primera
diócesis, la de Castellón-Segorbe,
en bancarrota, se peleó con los sacerdotes de su demarcación y, ya como obispo
de Cartagena, se enfrentó al primer dirigente de la Universidad Católica San
Antonio, José Luis Mendoza, lo que provocó que el Vaticano tomara cartas en el
asunto y le trasladara a la actual de Alcalá de Henares donde sigue haciendo de
las suyas, insistiendo en su idea de lo que necesita España para salir de la
crisis. En este sentido, el obispo ha señalado que la solución a los problemas
del país no se encuentra ni en los ciudadanos que rodearon el Congreso el 25 de
septiembre "ni en los señores que se sientan dentro del Parlamento".
"No hay ningún grupo político que sepa lo que España necesita", dice,
añadiendo que la única solución que tiene España a su crisis es iniciar una
reflexión real sobre la "naturaleza de la persona" que le lleve a una
reubicación "del concepto de matrimonio, familia y sociedad". Es más,
Reig Pla ha señalado que aquellas personas que sólo se preocupan del bienestar
material y que están preocupados por los Presupuestos Generales del Estado
están conduciendo a España a la filosofía nihilista que conlleva a la deriva
social.
Esta actitud
contrasta con las declaraciones poco antes de morir el pasado 28 de agosto, del
que fuera estimado cardenal de Milán, Carlo María Martini, a cuyo sepelio
acudieron, dado su reconocimiento, miles de personas y dirigentes de la
izquierda italiana. El llamado cardenal del diálogo, “hombre que hablaba al
corazón de todos”, dejó como testamento una serie de reflexiones que deberían
tenerse en cuenta. Carlo Maria Martini veía a la Iglesia católica
cansada, sin vocaciones, atrapada por la burocracia, enganchada al bienestar (“Nuestros
rituales y nuestros vestidos son pomposos”) decía, añadiendo que “la Iglesia
debe reconocer los errores propios y debe seguir un cambio radical, empezando
por el Papa y los obispos: al menos podríamos buscar hombres que sean libres y
más cercanos al prójimo. Como lo fueron el obispo Romero y los mártires
jesuitas de El Salvador. ¿Dónde están entre nosotros los héroes en los que
inspirarnos?”, concluía. Martini reconoció que la Iglesia está anticuada: “En
la Europa del bienestar y en América, la Iglesia está cansada”. Y le recetó
tres instrumentos para salir del agotamiento. “El primero es la conversión.
Debe reconocer los propios errores. Los escándalos de pederastia nos empujan a
emprender un camino de conversión. Las preguntas sobre la sexualidad y sobre
todos los asuntos que competen al cuerpo son un ejemplo. Debemos preguntarnos
si la gente escucha todavía los consejos de la Iglesia en materia sexual. ¿La
Iglesia es todavía una autoridad de referencia o solo una caricatura en los
medios?”. El segundo y el tercer consejo es recuperar la palabra de Dios y los
sacramentos como una ayuda y no como un castigo.
El cardenal Martini usó su libertad, por ejemplo, para discrepar de la Iglesia y admitir con naturalidad las uniones civiles entre personas del mismo sexo: “Si dos personas gays desean firmar un pacto para dar una cierta estabilidad a su pareja, ¿por qué queremos que no sea así?”. Pero Reig Plá parece no pertenecer a la misma iglesia.
El cardenal Martini usó su libertad, por ejemplo, para discrepar de la Iglesia y admitir con naturalidad las uniones civiles entre personas del mismo sexo: “Si dos personas gays desean firmar un pacto para dar una cierta estabilidad a su pareja, ¿por qué queremos que no sea así?”. Pero Reig Plá parece no pertenecer a la misma iglesia.
(*)La
Universidad CEU San Pablo (CEU-USP) es una universidad que se rige por el
ideario de la iglesia católica (con Facultad de Derecho, Ciencias Económicas y
Empresariales, Humanidades y Ciencias de la Comunicación, Medicina, Farmacia y
Escuela Politécnica Superior) con sede en Madrid y Alcorcón, sufragada con el
“impuesto revolucionario” que la iglesia católica obtiene de los contribuyentes
españoles. Hasta el año 1993, era un centro docente adscrito a la
Universidad Complutense de Madrid,
teniendo a partir de entonces un régimen totalmente privado, al amparo de la
Ley 8/1993. Su titular es la Fundación Universitaria San Pablo CEU,
a su vez, dependiente de la Asociación Católica de Propagandistas.
Fue inaugurada oficialmente por los Reyes de
España el 22 de febrero de 1994.