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lunes, 28 de noviembre de 2011

LA HORA DE LA VERDAD


Está llegando la hora de la verdad. El pasado viernes 25, Inés Rojas -consejera de cultura, deportes, vivienda y asuntos sociales del gobierno canario- presentó en la comisión parlamentaria correspondiente, su presupuesto para 2012. Si bien dijo alguna paparruchada como la de que prefiere que "protesten en la calle la gente de la cultura (alusión a la concentración el día anterior en Las Palmas de Gran Canaria, que escenificaba en su fachada, un cierre por recortes del teatro Guiniguada, propiedad del gobierno), a que lo hagan las personas dependientes", dejó claro que va "a garantizar los servicios públicos como los programas de fomento de la lectura, las bibliotecas, las salas de arte, las salas de teatro, el circuito interinsular y el apoyo a la movilidad, que es lo que nos permite asegurar la igualdad de oportunidades en el territorio". Si realmente quiere llevar a cabo este programa con el tijeretazo que se le va a dar a Cultura -habla ahora del 48%, en un nuevo pintoresco baile de cifras-, va a tener que afectar a algún megaproyecto. Y las miradas parecen dirigirse al programa Septenio tan criticado por la mayoría del sector de la cultura. La verdad es que este proyecto, en sus años de vida no ha sabido justificar claramente su existencia, convirtiéndose en punto de mira de lo que no debe hacerse ni como, en estos momentos en Canarias. La comisión paritaria Tenerife-Gran Canaria del gabinete de crisis -constituido el 26 de octubre pasado tras el anuncio del drástico recorte- tiene ahora la oportunidad de reunirse a petición propia con la citada consejera el próximo jueves. Tiene pues, una ocasión excepcional para confirmar exactamente qué programas va a poder desarrollar con el dinero que tiene. También defender cara a cara la realidad del sector y sus reivindicaciones expuestas en un documento en que como aprobó la última asamblea celebrada en Las Palmas el pasado 22, pide entre otras cosas (Volver en 2013 a los presupuestos de 2011, rigurosidad en el gasto y transparencia en la gestión, poner en marcha el Consejo de la Cultura y las Artes expreso en el Plan Estrátegico de la Cultura en Canarias auspiciado por el propio gobierno, apostar por un modelo de co-gestión de espacios públicos, ratificar la cultura como un bien básico indisolublemente vinculado a Educación, etc) que los esfuerzos se centren sobre todo en atender a la producción local. Este punto, en mi opinión, debe ser innegociable dado lo obvio en momentos tan críticos económicamente como los actuales. Reforzar la producción de los creadores canarios y el circuito de distribución de esos productos en el territorio es lo prioritario así como su reparto solidario y democrático. Si el denominado Gabinete de Crisis, lo consigue, saldrá reforzado, pero si presenta alguna fisura entrará en crisis, poniendo en entredicho todo los debatido y acordado -o sea, decisiones democráticas- en este largo mes de crisis y refrendado en asamblea. A la reunión, el Gabinete debe ir unido representando y defendiendo los intereses mayoritarios del Sector, profusamente debatidos en diversas reuniones, pues si no, la propia credibilidad del sector de la cultura, estará en peligro.

lunes, 21 de noviembre de 2011

JECKILL y HYDE

Los resultados electorales de ayer, podrían perfectamente llevar el subtítulo de la conocida novela "Crónica de una muerte anunciada" que escribiera justo hace 30 años Gabriel García Márquez. Y no precisamente por el descalabro del PSOE -que sería lo anecdótico o circunstancial del juego de la alternancia democrática-, sino por algo más importante como la muerte anunciada que paulatinamente esta sufriendo el sistema democrático en España. Cuando tras la transición se llegó a un amplio y generoso acuerdo -incluido con los residuos del régimen franquista- para elaborar una nueva constitución, se quiso premiar el papel de los partidos tras la larga travesía del desierto sufrida durante la dictadura. Además, premiando el bipartidismo con una ley electoral para evitar el fraccionamiento parlamentario y la estabilidad democrática en los primeros años. Pero de eso han pasado 40 años, y los defensores del bipartidismo a la americana PPSOE, han querido consolidar el modelo para perpetuar un sistema electoral injusto que les beneficia para sus chanchullos (corrupción, alternancia en el poder, connivencia con los bancos, supeditación al Vaticano, descarada obediencia a los mercados financieros, etc) con el fin de ir desmantelando poco a poco el estado del bienestar, con alguna que otra ley excepcional para satisfacer a los seguidores de una u otra banda. De esa situación, se han beneficiado los partidos llamados nacionalistas para pescar, a través del chantaje político, en río revuelto.
Sin embargo, la crisis globalizada provocada por los mercados, de la cual, encima se han beneficiado y siguen lucrándose impunemente a costa de los ciudadanos y los Estados, ha ido confirmando lo que cada vez más personas han venido denunciando, criticados, además, de "catastrofistas". Las elecciones de ayer son un ejemplo ilustrativo de cómo un sistema, a priori, democrático, está dando paso a una dictadura de los mercados, en la que los políticos son meras marionetas puestos en el poder para llevar a cabo su voracidad, dejando para los ciudadanos sólo la posibilidad de plebiscitar lo que dicho mercados imponen. Es lo que algunos vienen llamar ya y acertadamente, "golpismo financiero".
Sin embargo, las elecciones del 20-N aportan detalles, que demuestran como el pueblo español no es tonto, aunque sí sufra amnesia política, cambiando a uno por otro en la idea de que en eso radica la solución a la grave crisis que sufre España. Si se decía que la opción era elegir entre PP y PSOE (es decir, entre Jeckill y Hyde), ayer se optó por el primero. Pero hay detalles que no deben escapar al observador y que son tan gráficos como el "clamoroso" triunfo del PP. En primer lugar, es que no lo ha sido, y 45 millones de españoles van a ser gobernados según el deseo y las maneras que ha elegido 10 millones, o sea, una minoría -aunque mayoritaria-, que además no llega ni al 50 % de quienes están en edad de votar, que son 24 millones y medio. En segundo lugar, la abstención ha sido amplia, un tercio, lo cual no es poco, y además con el detalle de que sumados el número de votos en blanco y nulos, están próximos a los conseguidos por la quinta fuerza politica. No sólo eso, sino que la abstención ha subido dos puntos, los votos en blanco hasta el 1.37 y los nulos, el doble, hasta el 1.29. O sea, más de 600 mil personas, que unidas a los más de nueve millones que se han abstenido, pasan de 10 millones, ¡la misma cantidad que ha votado al PP!. Es decir, estan prácticamente empatados quienes deciden quien gobierna y quienes no están de acuerdo con el sistema actual. ¡De que puede vanagloriarse entonces el PP con su "mayoría aplastante"! Indudablemente no representan a la mayoría de España aunque por una ley electoral injusta vayan a hacerlo y tomar decisiones en contra de la auténtica mayoría.
Pero hay más. ¿Cómo es posible que alguien se atreva a llamar democrático a un sistema que no da al voto de cada español el mismo valor, fin último de cualquier decisión democrática? ¿Cómo es posible que Izquierda Unida y las diferentes organizaciones con las que se ha presentado haya sido votada por más de millón y medio de españoles y siendo la tercera fuerza más votada, sea la cuarta en número de diputados con 11, muy por debajo de los nacionalistas catalanes de CIU, que con 600 mil votos menos ha obtenido 16 parlamentarios? Todavía peor: UPYD, fuerza en ascenso, que también preconizaba una reforma electoral, con más de 100 mil votos que CIU, ha sacado 11 diputados menos. Y todavía peor: Otra de las organizaciones damnificadas gravemente, EQUO, se ha quedado injustamente como extraparlamentaria a pesar de sacar más votos que la alianza CC-NC o los gallegos de BNG, G-BAI, FAC y COMPROMIS-Q, que sí han entrado.
Un analísis global lleva a contemplar igualmente al fuerte aumento de la izquierda, y a la notable entrada de formaciones nacionalistas en el Parlamento, lo cual es indicador también de cierta fractura en la tendencia bipartidista hasta el 20-N.
Una última observación, y ésta referente a nuestro entorno próximo, Canarias. Es de resaltar el batacazo de los insularistas, que aún uniendo fuerzas antes dispersas, haciendo retornar al redil a Nueva Canarias, han sacado 164.525 votos menos, quedando relegados a un discreto tercer lugar con IU a solo 100 mil votos y UPYD a 120.000. "La voz de Canarias" en Madrid, como han vendido, se ha quedado afónica sin llegar a formar grupo parlamentario ni ser imprescindible para formar gobierno, y por tanto sin posibilidad de seguir chantajeando.

jueves, 17 de noviembre de 2011

EL VOTO INÚTIL


Sostiene Román Rodríguez, "el reconvertido" que el voto útil el próximo domingo es votar a la Alianza CC-NC. Permítaseme discrepar, amparado en mi derecho democrático a hacerlo, pues es obvio su inutilidad por diversas razones. Es tirarlo a la basura, como ha dicho su jefe de filas -hasta hace 6 meses enemigo irreconciliable- Paulino del voto al PP.
En primer lugar, que tal aserto provenga de un mentiroso, nos invita a creer en lo contrario. Y digo mentiroso, porque Román mentía solo hace 6 meses al electorado a las Autonómicas, diciendo que con CC no iría de compañero de viaje, y ya vemos, como solo 6 meses después lo hace y tan pancho, insultando con su actitud chusquera al ciudadano.
En segundo lugar, ¿qué utilidad va a tener ese voto ese Madrid, cuándo no lo tiene ni en Canarias, sino todo lo contrario? ¿Cuándo no ha estado peor Canarias qué ahora? ¿Cuándo hemos tenido políticos tan mediocres y depredadores, cuando no corruptos, como ahora? ¿Cuándo ha habido tanta incapacidad e ineptitud como la hay ahora para resolver los problemas reales de los canarios? ¿Dé que ha servido 20 años de régimen insulidario en Canarias quitándote tu pa´ponerme yo?
Votar la Alianza CC-NC es votar una opción que juega al chantaje contínuo a PP o PSOE -según quien esté en el gobierno- y no para beneficiar a Canarias, como es evidente, sino para seguir medrando en el poder en beneficio propio y de los amigos.
El auténtico voto útil, según mi opinión, para las elecciones del domingo, no es hacerlo a la Alianza insulidaria CC-NC, como tampoco -ojo- al bipartidismo PPSOE (las dos caras de la misma moneda). El auténtico voto útil será aquel que rompa el bipartidismo pactista y la rémora insulidaria, que será más de lo mismo. El voto útil será ir a votar masivamente a cualquiera de las otras opciones, en mi forma de pensar, especialmente aquellas de corte progresista que lleven en su programa explícitamente como mínimo la necesidad de una reforma electoral y un auténtico cambio de modelo económico, paso mínimamente necesario para regenerar a este país y sacarlo del pozo sin fondo en que lo ha asumido desde hace años el bi-partidismo y la complicidad de los partidos nacionalistas peninsulares e insulidarios. Sólo votando de esa manera -porque los que lo han hecho hasta ahora, PP-PSOE ya sabemos como lo seguirán haciendo: a espaldas del pueblo, en contra de sus intereses y a favor de los grandes bancos a quienes realmente representan-, se podrá ver la luz al final del túnel de la crisis. Porque no solo es una crisis económica -que lo es y gravísima, que por obra y gracia del bipartidismo PPSOE la estamos pagando precisamente quienes no la originamos- sino una crisis génerica, ética y de pensamiento que exige una regeneración, y que éstos, los de siempre, los vividores y timoratos, no están dispuestos a encarar, ya que instalados en ella, siguen viviendo y muy bien. Hablemos claro el domingo. Demostremos que no nos dejamos engañar por cuentos. Demos utilidad a nuestro voto. Demos sentido a la democracia, rompiendo el bi-partidismo y sus compañeros de viaje.

jueves, 10 de noviembre de 2011

ME SONROJAS, INÉS

He de confesar que la super consejera de Cultura -super porque es titular además de otras dos consejerías, no por otra cosa-, Inés Rojas, se está convirtiendo por derecho propio en musa de este blog. Cada vez que abre la boca, chirría. Ahora se descuelga en una comisión parlamentaria sosteniendo que el plan estratégico cultural de Canarias "no ha sido elaborado" y por tanto no tiene ficha presupuestaria. Si alguien no lo sabe, el propio gobierno de Canarias reunió hace un par de años a unos 300 canarios -algunos traidos de fuera, más invitados de postín no canarios- vinculados a la cultura en un hotelazo de Fuencaliente (La Palma) -estancia, comida y viajes, me imagino que algún cachet también, a costa del erario público- con el fin de debatir las pautas, que en reuniones sucesivas (que también costarían su dinero) llevaron a la confección de un plan estrátegico que se presentó a bombo y plantillo y que se supone, marcaría las pautas a seguir en materia de cultura. Pues de eso, al parecer nada. Dinero, y no poco, tirado a la basura. ¿Para qué marear, entonces, ahora la perdiz, solicitando nuevas reuniones con el sector, cuando en ese plan está todo dicho y más que dicho? ¿Ganar tiempo? ¿Cortina de humo?
Segundo: Sostiene Inés ahora que a pesar del brutal recorte del 65% (otra vez la mágica cifra), el tejido empresarial cultural -pregunto, ¿qué tejido?-, las infraestructuras culturales -¿pregunto otra vez, ¿de qué y a cuales se refiere?-, y el talento (¿¿¿???) no se verán mermados con el brutal recorte, sino el "mundo exclusivo de mantenimiento con dinero público". ¿Pero, quien ha creado este modelo de dependencia? Por otra parte, hablar de "exclusivo mantenimiento" es ignorancia, pues hay bastante en la cultura canaria que no se mantiene de dinero público. En cambio, Inés Rojas, si está "exclusivamente mantenida con dinero público".
Y ya que recorta en cultura, ¿no sería lógico que su sueldazo de unos 60.000 € y otras canonjías y prebendas propias del cargo, se viera recortado también en un 65%, para ser justos? Me temo que no. Que ahí sí que el modelo no cambia ni cambiará. De todas formas, eso que se dice de cambiar el modelo, ¿cómo se va a hacer cualquier cambio con este drástico recorte? Me temo que las cosas, por incapacidad o intereses, van a seguir igual, que el modelo imperante va a seguir, aunque con menos dinero, perjudicándose aún más los que siempre se perjudican con los recortes, porque simplemente no hay voluntad o intención de cambiar. Y lo hace, usando demagogia para confundir a la ciudadanía poniendo en relación cultura y asuntos sociales, materias que, curiosamente, depende de su superconsejería. Se trata de un recorte social puro y duro que atenta contra el derecho democrático universal a la cultura de un pueblo y a su disfrute y enriquecimiento patrimonial. Definitivamente, Inés, me sonrojas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

HAY QUE AHORRAR

Como no me fue posible estar esta noche, junto a otros compañeros, en el memorial de Dolores Campos Herrero, envié a la impagable organización este microrelato por si se consideraba leerlo en su homenaje anual, que se lo merece, como luchadora de la cultura y creadora, y aún más, en estos momentos en que la CULTURA con mayúscula es atropellada por la enanez de miras. En donde estés, un abrazo, y a iluminarnos en tiempos tan difícles. Gracias.



HAY QUE AHORRAR

Aquel individuo, de negro, que ocultaba sus miserias, bajo una barba teñida y una mirada extraviada, suspiró sobre la mesa apurando el último vodka.

A su lado, un mugriento libro por el uso, pervivía al frecuente manoseo de huellas dactilares grasosas y al barroco abigarramiento de subrayados, sobre arrugadas hojas.

De lejos, podía divisarse algo el título de dicho libro de autoayuda: “Cómo triunfar sin leer un libro”. De entrada, ese título era equívoco, pues, para conseguir el objetivo habría que leerse al menos ese libro, es decir, uno. Pero para aquel gris individuo de negro, el sacrificio valía la pena.

Entonces, si era suficiente para triunfar un solo libro, ¿para qué preocuparse de la existencia de algunos cuántos más y de otros tantos escuálidos escritores que suelen difundir ideas peligrosas, la primera de ellas, que escribir es necesario.

-Qué desaparezcan, que dejen de dar el coñazo, ocupando tanto espacio en las bibliotecas y librerías, un gasto inútil. Qué se vayan y dejen tranquilos a los demás-, pensó el siniestro personajillo en voz alta. –Qué emigren, como siempre. Qué se vayan, pero, por favor, el último que apague la luz. ¡Qué hay que ahorrar!

José Orive, 2011

viernes, 4 de noviembre de 2011

IMAGINE

Imagine, estimado conciudadano, que un buen día se le apetece comprar un libro de un autor canario, va a una librería y no lo encuentra porque ya no se editan libros en Canarias, porque sencillamente no existen librerías o están cerradas porque la cultura literaria no hay sido apoyada por un gobierno insulario.
Imagine, que de igual manera se le apetece comprar un disco de cualquier artista de las islas, y no lo encuentra por ningún lado, ni puede bajárselo de internet, porque no hay músicos que tenga medios para crear su propia música o difundirla. Que ni siquiera puede conseguirla en conciertos en directo, porque ya no pueden programarse conciertos, dado que la música, tampoco haya interesado a un gobierno insulario.
Imagine, que sus hijos le pidan que les lleven a una obra teatral infantil, o que a usted mismo, le entre el gusanillo de disfrutar de un buen espectáculo teatral o de danza representado por una compañía canaria, y no pueda hacerlo, porque los teatros esten cerrados ya que no hay actores ni actrices, ni bailarinas o bailarines que suban al escenario, simplemente porque a un gobierno insulario tampoco le haya gustado ni preocupado las artes escénicas.
Imagine, que de repente se empeñe en asistir a algún evento cinematográfico o ver una película de autor canario -que los hay, e interesantes- y sólo tenga la posibilidad de elegir producciones de Hollywood -si es que sigue funcionando algún local cinematográfico-, o que desaparezca el patrimonio cinematográfico canario con su Filmoteca, porque ya no hay dinero para hacer ni conservar películas aquí, gracias al desinterés que haya tenido un gobierno insulario por la cultura.
Imagine, museos y bibliotecas vacías, o que compra un periódico para saber que actividad cultural hay en su ciudad y se encuentra con páginas en blanco porque ya no hay nada de que hablar o informar, gracias a que un gobierno insulario no haya considerado la cultura prioritaria.
Imagine que el patrimonio cultural de este pueblo (folklore, artesanía, arquitectura, gastronomía, arqueología, etc.), todas esas señas de identidad que definen una comunidad, un día desaparezcan o dejen de tener sentido porque apenas habrá quien las reconozca como suyas -si es que siguen existiendo- por falta del apoyo a la cultura de un gobierno insulario.
Imagine, también, que no haya ninguna otra actividad artistica en Canarias, que los espacios de exhibición y creación estén cerrados o abandonados, que los artistas canarios -entre quienes hay familiares o amigos- engrosen las ya trágicas filas del paro o se vean obligados a dejar su país y desaparezca la cultura canaria. Imagine, cuántos estudiantes de luz y sonido, de bellas artes y diseño, escuelas de teatro y conservatorios, van a quedarse sin futuro profesional, Imagine, cuantas empresas dedicadas a esta actividad también se verán obligadas a cerrar, y cuantas otras (agencias de viajes, hoteles, tiendas de maquillaje y ropa, de mobiliario, librerías especializadas, papelerías, restauración y catering, publicidad, imprentas, periodistas, establecimientos de equipos de luz y sonido, azafatas, securitas, etc, etc, etc...) se verán afectadas negativamente con tal medida, si un gobierno insulario decide dejar de invertir en el derecho universalmente reconocido que tiene un pueblo a la cultura.
Imagine finalmente, -y no es ciencia ficción sino realidad próxima- en qué país tan pobre viviría usted, a merced de otras culturas, de otras economías, colonizado, sin posibilidad de competir con otros países, o sea, sin presente ni futuro, porque un día, un gobierno insulario pensara o decidiera, que la cultura, es decir, las señas de identidad de un pueblo, no son prioritarias.

jueves, 3 de noviembre de 2011

VAMOS A VER SI ES VERDAD...


El pasado martes, la consejera de cultura, poltica social y vivienda del gobierno, Inés Rojas, hizo unas declaraciones en el periódico Canarias 7, que no tienen desperdicio. Invitan a distintas lecturas y suponen una voluntad explícita de palabra a cambiar el modelo de gestión llevado hasta ahora, y por supuesto, una autocrítica a lo realizado, dejando en el aire una voluntad al diálogo para construir ese nuevo modelo. Vamos a ver si es verdad... Porque uno ya está escamado de tanto mentiroso/a metido en política que se llena la boca diciendo unas cosas, con el pensamiento puesto en otras, para hacer luego justamente lo contrario de lo que dicen. Y, además, no lo olvidemos, nos encontramos en plena campaña electoral. Pero yendo a las susodichas declaraciones, Inés sostiene: "La cultura no muere con estos presupuestos. Lo que ha muerto es el modelo cultural y ahora, entre todos, pondremos en marcha uno con una cultura sostenible". En gran medida, tiene razón, ni siquiera en las dictaduras más recalcitrantes y bananeras, han podido cargarse la cultura mientras exista un creador vivo, e incluso, matándolos o forzándolos a exiliarse. Pero la creación cultural necesita medios para desarrollarse y si no los tiene es como si no existiera, se debilita y empobrece y como resultado puede llegar a desaparecer como manifestación de un pueblo. Eso que dice a continuación tajantemente que "lo que ha muerto es el modelo cultural", ¿realmente se lo cree? ¿Va a eliminar aquellos proyectos bandera de su modelo cultural como, por ejemplo, el Festival de Música de Canarias, Septenio o Canarias crea? Vamos a ver si es verdad... Por otro lado, debería explicar que entiende por cultura sostenible, aquí y ahora.
Sostiene Inés también, que "gran parte de la industria cultural se sostiene sobre el presupuesto público". Eso es evidente y nadie lo niega, y eso ocurre en muchos países, y en mayor medida en aquellos cuya incompetencia ha sido manifiesta a la hora de articular la iniciativa privada. Si nos paramos a pensar, ¿de quién dependen los teatros-cines, auditorios, museos, centros de arte, casas de la cultura, conservatorios, orquestas sinfónicas, etc..., en Canarias? ¿Quienes son los que programan con dinero público esos espacios, producen discos y películas, editan libros, mantienen una televisión. etc... compitiendo deslealmente con la iniciativa privada, impidiendo que esta se desarrolle? Por ello, eso de que el modelo ha muerto, no me lo termino de creer. ¿Van a dejar de hacer de repente el Festival de Música de Canarias, de repartir a manos llenas dinero con el Septenio, de seguir dilapidando sin control ni rentabilidad desde Canarias Crea, de subvencionar a la ATAO o ACO o megaconciertos al aire libre, por poner ejemplos de lo que se hace ahora?
Sostiene Inés que hay que poner en marcha un modelo de gestión "con el fin de que la cultura se sostenga casi sin ayudas públicas". Sería lo ideal para que la cultura no tuviera que medrar en la política y se abandonaran los proyectos megalómanos que son lo que en gran medida nos ha llevado a esta situación crítica. Pero, ¿cómo hacerlo en un país donde el tejido cultural se ha creado sobre la base de lo público? ¿Cómo sin lesionar los intereses de la ciudadanía cuando los propios poderes públicos han fomentado un modelo subcultural con la excusa de que es el que le gusta a la gente?
Igualmente sostiene que "el talento y la creatividad no peligran, porque estos no dependen de las subvenciones públicas". Nuevamente, ha descubierto petróleo. Por supuesto que es así, como que lo único o lo que más depende de las subvenciones públicas son los partidos políticos donde, a la vista de como nos va, no hay talento ni siquiera creatividad. Que lo diga alguien que tiene garantizado un sueldo mensual del presupuesto público -cosa que no tiene un creador subvencionado-, manda tela.
Sostiene finalmente Inés que considera "peligroso" que la cultura se venga abajo como afirma el sector, porque de "ser cierto" -ironiza encima- significaría que la cultura se sostiene sobre "unos cimientos débiles, que se pueden venir abajo por la crísis económica". ¿Pero qué pollabobada, como decimos en Canarias, es ésta? ¿No es cierto que es así, que sus cimientos son débiles, precisamente porque los poderes públicos han querido que sea así y van a hacer que siga siendo así, desengañémonos, a pesar de esta declaración de meras buenas intenciones forzadas por la falta de presupuesto para mantener el modelo defendido hasta ahora? ¿No es igual de cierto que todo el tejido industrial existente en Canarias se sostiene sobre cimientos débiles a base de subvenciones, incluido el turístico que es el básico en que se asienta la economía de las islas?
A pesar del tufillo demagógico y electoralista de estas declaraciones, habrá que dar un nuevo margen de esperanza, que es lo único que le queda al sector de la cultura en Canarias, sobre todo en esa afirmación que sostiene Inés Rojas de estar abierta al diálogo. Una vez más... Vamos a ver si es verdad.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

SI HAY ALTERNATIVAS

Recientemente he visto con frecuencia como los políticos en vez de intentar solucionar los problemas que aquejan a sus electores -y más en los tiempos que corren-, se escudan en la cantinela de que no hay dinero y como mucho, se limitan a pedir que se le den alternativas porque no saben como salir del atolladero. En primer lugar, eso para mí dice mucho de su nivel y de que por supuesto no están a la altura, y por otro, si es así, que no saben o pueden resolver, mejor se vayan, dejen de ganarse inmerecidamente el sueldazo con dinero público, y dejen paso a quien si sabe y tiene lo que hay que tener para encontrar soluciones. Sobre la cultura en concreto, que es lo que está ahora en el candelero por los "famosos" recortes, yo, como otros tantos ciudadanos de a pie, creo que sí podemos dar alternativas, en cuanto dinero sí hay, a la vista de que la casta política no se baja del burro de su chollo laboral y de que, por ejemplo, los bancos no dejan de sacar millonarias ganancias y millonarios sueldos para sus directivos. La cuestión es la evidente en cualquier economía: eliminar gastos superfluos, pero sin demagogia, como se está haciendo sobre cuáles y no, lo son. Si los políticos se bajaran como debe ser su sueldo y gastos particulares, si suprimiéramos, por ejemplo, algunos cargos políticos innnecesarios -que sobreabundan especialmente en tiempos de pactos entre partidos como ahora, porque hay mucho clientelismo que satisfacer-, si los numerosísimos asesores y personal de confianza de que disponen los pagaran, como debe ser, los partidos a los que asesoran y no los presupuestos públicos, si hubiera menos tarjatas oro, móviles, viajes, hoteles de 5 estrellas, helicópteros para traslado, etc... a cargo del erario público, si disolviéramos las inútiles empresas públicas, patronatos y fundaciones que se crean para fomentar el amiguismo y mantener un fondo de reptiles, si disolviéramos también los caprichitos como el de poner en marcha una policía autonómica, si reconvirtiéramos otro capricho como el de la televisión autonómica, destinada a promoción política del gobernante de turno, en un auténtico servicio social mucho menos costoso, dirigido a una auténtica información veraz y libre, formativa y cultural, en vez del bodrio que tenemos que soportar diariamente, si cerráramos dos de los tres palacetes que tiene el diputado del común, si igualmente se dejaran de usar en alquiler instalaciones que sobreabundan en las instituciones, la mayoría para beneficiar a amigos que no tienen quien se les alquile, si se miraran con lupa los concursos y ofertas de empresas, y las obras públicas y nos dejáramos del papanatismo de los megaproyectos de futuro, si se llevara a cabo, en definitiva, una administración más eficaz y racional en cuanto al número y distribución de los funcionarios que en ella trabajan, seguro, señores, que podríamos tener indudablemente más dinero del que se dice para realizar cosas esenciales. En el caso concreto de cultura, y respecto a Gran Canaria, que es el terreno que más conozo, ya he dado pistas: Reconvertir proyectos como el Womad o el Festival de Teatro y Danza, para abaratarlos y dotarlos de una presencia importante de producción canaria; repensar programaciones como las del Pérez Galdós y Cuyás, y en el mismo sentido, dejar de solapar programaciones interinstitucionales, creando un gabinete de crisis de sus responsables que debatan alternativas y soluciones con la Asamblea Permanente de la Cultura; que el teatro Guiniguada reoriente su función y programación, etc. Y a niveles regionales, que, por ejemplo, se deje en suspenso el proyecto Septenio con su millonaria inversión que apenas ha repercutido en beneficio en general de la cultura canaria, así como la reconsideración bajo la perspectiva de rentabilidad social y cultural, de proyectos como el del Festival de Musica de Canarias y de Canarias Crea. Así habría dinero para no provocar un apagón definitivo de la cultura en Canarias, sin olvidar el echar mano de otras iniciativas en el terreno de lo público y lo privado, porque si algo está faltando en este preciso momento es ingenio e imaginación, y sobrando demasiado miedo para tomar decisiones.

martes, 1 de noviembre de 2011

POR UNA REDISTRIBUCIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS PRESUPUESTOS DE CULTURA

La cultura como conjunto de todas las formas en que de manera explícita o implícita se manifiesta una sociedad en un momento determinado y a través de su historia, implica hablar de un modelo colectivo. Sin embargo, a través de la esa historia, los grupos dominantes han dedicado a primar su propia cultura frente a las demás, en unos casos asimilándolas a sus intereses, marginándolas, ridiculizándolas -clasificándolas de "incultas" y "populares"-, o simplemente persiguiéndolas o exterminándolas. Desde el poder, controlado por esos grupos minoritarios pero dominantes, se han apoyado sus intereses culturales, en beneficio de una elite haciendo ver que responden y benefician y representan a intereses generales de una sociedad determinada. Canarias no ha sido una excepción. Los grupos dominantes desde el poder consiguen que el tipo de cultura que a ellos interesa disfrutar reciba el reparto mayor de la tarta y de manera abusiva. De ese modo se aseguran que el conjunto de la sociedad subvencione económicamente a una minoria el disfrute de un hecho cultural que debería ser de acceso a toda esa sociedad. La situación crítica actual, que invita al abandono de proyectos megalómanos y decimonónicos, se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre este fenómeno que ha soportado durante años como una losa a sus espaldas la cultura en general. Es tiempo de que modelos de este tipo vayan reconvirtiéndose en aras de una redistribución democrática de los presupuestos destinados a cultura. Si todavía hay alguien que no me entiende les comentaré un ejemplo gráfico que expresé hace unos días en una emisora de radio interrogado sobre la situación que ha provocado el drástico recorte en el presupuesto de cultura del gobierno de Canarias. El modelo significativo en el último cuarto de siglo, utilizando un símil automovilístico- ha sido el siguiente: En un principio, apenas había vías para el acceso a la cultura, y se empezaron a construir carreteras, unas en perfecto estado, otras no tan buenas, y hasta de tierra prácticamente la mayor parte del tiempo en desuso. Luego se empezó a subvencionar la compra de Mercedes, unos 10 para 5 personas, pero también de algunos utilitatarios, unos 10 para 20 personas. Con el tiempo, han aumentado los Mercedes a 15, para las mismas 5 personas, y han bajado los utilitarios, de 8 pero para 25 personas. Muchos de éstos utilitarios han dejado de funcionar, o lo que es peor, se han quedado sin gasolina subvencionada para que aquellos 15 mercedes sigan funcionando.